Julio Bascuñán ha sido seguramente la persona más odiada en todo el Perú en el mes de octubre. Su sospechosa actuación contra Brasil en las eliminatorias dejó mucho que hablar.

En aquel partido, cobró dos penales para Brasil que no revisó. Un codazo sobre Trauco tampoco fue observado y uno de Zambrano sí. Las evidentes diferencias de criterio hacían crecer demasiado las acusaciones.

Por todo eso, la FPF mandó un reclamo formal. Acto seguido, el árbitro que ya tenía antecedentes fue mandado a la segunda división de su país.

 

Este domingo, en Chile, volvió a protagonizar una polémica. Otra vez, quien se vio favorecido con su decisión fue el equipo más grande, más antiguo y con más influencia.

Jugaba Coquimbo contra Unión Española y un jugador de los locales ingresó al área con el balón en los pies. Pasó a uno y cayó. El contacto, desde nuestra posición, es más que evidente.

El árbitro, entonces, decidió no revistarlo, a pesar que tenía el sistema de videoarbitraje. Es más claro que cualquiera que le cobró a Brasil. En fin, cuando hay un juez que no imparte justicia, no hay tecnología que lo salve ¡Así es el señor Bascuñán!