El pasado miércoles, el mundo fútbol recibió una de las noticias más dolorosas de su historia: Diego Maradona, mientras se recuperaba de la operación por un hematoma subdural que se le había detectado en la cabeza, falleció luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio. Con el correr de las horas, el planeta entero sufrió un inmenso baño de angustia del que aún está buscando secarse.

Así como amigos y ex compañeros no tardaron en despedir a la leyenda del fútbol, uno de los rivales que se tomó el atrevimiento de desafiar a la muerte y mandarle un sentido mensaje a Diego fue nada más ni nada menos que Pelé. O Rei, con quien Maradona siempre guardó una magnífica relación pese a haber batallado constantemente con él para ser el mejor jugador del mundo, habló con el corazón y le dejó un último adiós a su colega argentino.

Entendiendo que a él también le llegará la hora de partir, el histórico crack de Brasil, sacándose el sombrero ante el legado de Diego, escribió: "Qué triste noticia. Perdí a un gran amigo y el mundo perdió una leyenda. Aún queda mucho por decir, pero por ahora, que Dios le de fuerzas a los miembros de la familia. Un día, espero que podamos jugar juntos a la pelota en el cielo".

En las últimas horas, a través de su cuenta oficial de Twitter, Santos, la casa de Pelé, sacó a la luz que Maradona estuvo cerca de convertirse en nuevo jugador de la institución. "En 1995, Maradona casi lució el Manto Sagrado. Con el aval del propio Pelé, Santos intentó contratar a la mayor estrella del fútbol argentino. A Maradona le animó la posibilidad, sobre todo porque la articulación contó con la ayuda de Pelé Sports & Marketing", abrió la cuenta del Peixe.

 

Santos, en una segunda publicación, se lamentó por no haber podido concretar la transferencia y exteriorizó el motivo por el que El Pelusa no pudo ponerse la camiseta del club: "Sin embargo, el elevado coste de la transacción hizo imposible la firma, lo que sin duda sacudiría al fútbol mundial. Maradona volvería a visitar el Templo Sagrado en 1998, pero la unión entre El Pibe de Oro y la camiseta 10 más grande de la historia del fútbol, lamentablemente, quedaría a la imaginación".