De la mano de Ronald Koeman, si hay algo en lo que Barcelona ha sido regular es en la irregularidad que muestra esta temporada: juega bien y a la semana mal, arranca un gran primer tiempo y termina una pésima segunda parte.
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Este martes, en su visita al Valladolid, los azulgranas ganaron y jugaron seguramente uno de sus mejores partidos en la temporada. Sí, contra un rival en zona de descenso, pero a los culés ningún contrario les ha resultado fácil en mucho tiempo.
La figura fue Lionel Messi, quien participó en los tres goles que marcó Barcelona y rompió el récord de Pelé: ahora sí es el máximo goleador en la historia de un mismo club.
Primero asistió a Clément Lenglet para que abra el marcador de cabeza, después hizo un pase fantástico que generó el 2-0 de Martin Braithwaite y, de un taco de Pedri, marcó su gol histórico para el 3-0.
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Cuando el mejor del Barcelona juega diez puntos, incluso en un encuentro donde no siempre fue participativo, el rival no tiene ni chances.
El Barcelona sí puede ilusionar a los fanáticos pero, como empezamos esta nota, la regularidad en buenos rendimientos no ha sido la mejor aptitud del equipo de Koeman por ahora.
