Desde que Andy Ruiz se unió al Canelo Team, luego de perder en la revancha con Anthony Joshua los títulos mundiales de peso pesado de la AMB, la OMB y la FIB que le había arrebatado seis meses antes con una espectacular victoria por nocaut, ha dado inicio a un juego de expectativa vs realidad.
Sucedió en su primera presentación de la mano de Eddy Reynoso, cuando tras seguirse el día a día de su gran evolución física en el gimnasio se esperaba una gran actuación ante el veteranísimo Chris Arreola que no fue tal cosa. Andy, incluso, se fue a la lona en el inicio de la pelea, que terminó ganando en decisión unánime.
Después de esa victoria, que tuvo lugar el primero de mayo de 2021, se esperaba mucha continuidad para él, especialmente porque todos a su alrededor aseguraban que estaba preparándose para volver a tener la oportunidad de pelear por un título mundial. Pero producto de algunas lesiones, El Rocky Mexicano ya no volvió a subir al ring.
Hace tiempo que se venían anunciando novedades para su próxima pelea y los nombres en carpeta volvieron a generar entusiasmo en los fanáticos: Dillian Whyte -ahora emparejado para pelear con Tyson Fury-, Dereck Chisora, Deontay Wilder, Luis Ortiz… Incluso una de las últimas publicaciones de Andy Ruiz en Twitter, del pasado 24 de marzo, es un afiche que sugiere el cara a cara ante el cubano.
Pero no. Otra vez la expectativa había superado ampliamente a la realidad, pues el rival del Destroyer será el ignotoTyrone Spong, un peleador nacido en Suriman, con nacionalidad neerlandesa y radicado en Miami que sí, está invicto. Pero no tiene ni un solo nombre de peso entre sus rivales en 16 peleas como profesional.
Las peleas de Andy Ruiz no ayudan a catapultarlo
Si como se espera Andy Ruiz consigue una victoria ante Tyrone Spong el 16 de julio en la Ciudad de México, nada invita a sospechar que quede cerca de la oportunidad de pelear próximamente por un título mundial. En primer lugar porque desde enero de 2020 hasta pasada ya la primera mitad de 2022 solo habrá realizado dos peleas. En segunda instancia porque los nombres a los que se enfrentó no ayudan en nada a posicionarlo entre la élite de los pesos pesados.