Este sábado, en laMichelob Ultra Arena deLas Vegas, Devin Haney afrontará el combate más difícil de su carrera ante un excampeón mundial como Jorge Linares, para cumplir con esa exigencia que le demandaban muchos fanáticos a la hora de legitimarlo como campeón mundial, especialmente después de una actuación discreta en su última pelea ante Yuriorkis Gamboa.

Para el estadounidense será la tercera defensa del título mundial de peso ligero del CMB, que ganó con status de interino cuando derrotó aZaur Abdullaev en septiembre de 2019, luego que este se retirara en el cuarto asalto y que defendió por primera vez, previo a la mencionada pelea ante Gamboa, dos meses más tarde con victoria por decisión unánime anteAlfredo Santiago, ya siendo ascendido a campeón titular.

Por el lado de Linares, fue uno de los monarcas de la división desde diciembre de 2014 hasta mayo de 2018, cuando Vasyl Lomachenko lo venció por nocaut técnico en el décimo asalto, en un combate de altísimo vuelo que tuvo lugar en el mítico Madison Square Garden. Tras esa derrota, realizó cuatro peleas de las que ganó tres y sufrió una derrota inesperada antePablo César Cano, quien lo noqueó en el primer asalto. En su última presentación, que fue en febrero de 2020, le ganó por nocaut en el cuarto asalto aCarlos Morales.

Si bien los años de esplendor parecen haber pasado para el venezolano que desde hace tiempo decidió radicarse en Japón, confía en tener la experiencia y el boxeo necesario para derrotar a Devin Haney y recuperar su status de campeón el próximo sábado.“He tenido muchas experiencias y ahora siento que el maestro le va a enseñar al alumno, anticipó en diálogo conGeorge Ebro.

Y agregó: “Esta es una gran pelea y me siento muy positivo acerca de esta tremenda oportunidad. No será un rival fácil, porque nadie lo es. El estilo de Haney es limpio, bonito. No sé si va a ser un guerrero conmigo, pero espero que tengamos una pelea muy bonita. Más allá de eso, obviamente habrá solo un ganador y seré yo”.

Linares se refirió también a las causas que demoraron su regreso a los cuadriláteros, pues no pelea desde febrero de 2020. Pudo hacerlo antes, pero se contagió de coronavirus y debió abanonar su preparación. Sin embargo, no cesó en los esfuerzos para llegar en óptimas condiciones a su cita. “Es impresionante la cantidad de sesiones de sparring que ya he hecho sin poder pelear, por eso yo no llamaría a esto inactividad”, concluyó.