El Torneo Apertura 2022 de la Liga MX no ha estado excento de las polémicas arbitrales, sino todo lo contrario: los silbantes se encuentran en el ojo de la tormenta. Un claro ejemplo es el revuelo que causó César Arturo Ramos después de sus polémicas sanciones en el juego de Toluca – Chivas, y que incluso motivó una protesta formal.

Tal es así que la situación habría llegado a un extremo. Y es que elpresidente de la Comisión de Arbitraje, Armando Archundia, presente su renuncia después de haber sido nombrado en el pasado mes de julio, debido a desacuerdos internos sobre los que que no habría podido influir.

De acuerdo a información publicada por el diario Récord,Iñigo Riestra,secretario general de la FMF y de alta influencia durante la gestión de Arturo Brizio, continuaría manteniendo el control de las decisiones importantes en cuanto a silbantes se refiere, situación que empujó a Archundia a poner su renuncia sobre la mesa.

Archundia durante su nombramiento, en julio pasado. (Imago 7)

El presidente sin poder mover, modificar o hacer algo, es decir atado de manos, ya que aún y aunque hayan dicho o manifestado lo contrario, la cabeza principal y las ordenes directas las sigue dando Iñigo Riestra, quien funge como el mandamás de los árbitros. Todo ello orilló a Archundia a poner su renuncia en la mesa, a hacerse a un lado al ver que los silbantes esté quien esté en su escritorio seguirán con malas actuaciones, pésimas interpretaciones y pocos resultados, ya que la forma y estructura silgue siendo la misma y las formas de trabajo es lo mismo que con Brizio y los que le anteceden, compartió el periodista Rubén Rodríguez.

Según la misma fuente, Yon de Luisa no le aceptó la renuncia a Armando Archundia asegurándole que la situación mejorará a su favor: Dicha renuncia llegó al escritorio del presidente de la FMF, Yon De Luisa, quien la rechazó y le pidió calma, y con ello un estudio detallado de lo detectado para actuar y comenzar a olvidarse de esos resultados y comenzar a trabajar, y con ello una dosis de calma y paciencia, ya que con dos meses de su nombramiento no podía hacerse o hacerlo a un lado”.