La salida de un referente como Guillermo Ochoa, que en Qatar viene de disputar nada menos que la quinta Copa del Mundo de su carrera, podría haber generado preocupación o cuanto menos cierta nostalgia en el interior de Las Águilas del América. Sin embargo, la reacción parece haber sido otra.
Es cierto que el club le había ofrecido a Memo la posibilidad de extender el vínculo que iba a finalizar este 31 de diciembre, pero también que para ello le había planteado como condición innegociable una reducción salarial, lo que a primera vista marca que su figura ya no tenía para los directivos el peso de antaño.
Más curiosa se vuelve la información que este miércoles se avanzó desde el Diario Récord, aludiendo a que en el interior del plantel de Las Águilas la sensación generalizada sería de conformismo ante la partida del portero, quien había perdido peso como una de las voces de mando del vestuario.
“Lospropios jugadores muchas veces esperaron más de su Capitán, no solo dentro de la cancha sino también con temas administrativos en donde esperaban diera la cara por el grupo, pero no sucedía debido a que al portero no le gustaban las confrontaciones de ningúntipo y con nadie”, reza la información firmada por el periodista Víctor Díaz.
Siempre según se avanza en el Diario Récord, la figura de Guillermo Ochoa como líder había ido perdiendo peso en el vestuario y ese rol se había traspasado en la práctica a otros futbolistas compo Henry Martin y Bruno Valdéz. Todo esto habría dado a Memo un fundamento más a la hora de desestimar la posibilidad de renovar con el América, lo que le suponía una reducción salarial, y firmar con Salernitana.