Los hechos ocurridos el pasado sábado en el Estadio La Corregidora en donde un enfrentamiento entre la Resistencia Albiazul de Querétaro y la Barra 51 de Atlas se salió de control hasta terminar en una tragedia, marcaron un detonante en el cual se señala a los grupos de animación como los principales responsables de la violencia en el futbol mexicano.

Pese a todo, los presidentes de la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX, no dieron señales de buscar terminar con las barras, como el clamor popular lo ha exigido en redes sociales. Al respecto del tema, en Bolavip México buscamos posturas externas y con un enfoque diferente al que hemos vivido los últimos días, por lo que platicamos con Felipe Muñoz, referente de una de las barras más importantes de Colombia como lo es la de Los del Sur, de Atlético Nacional, misma que pertenece a un movimiento a nivel nacional con otras barras para tratar de promover un futbol en paz.

“En Colombia empezó una conciencia de convivencia por ahí del 2005-2006, cuando algunos primeros hinchas empezaron a tener diálogos con otros cansados de la violencia y de algunos hechos relacionados con el hostigamiento y exceso de rivalidad. Empezó a haber un trabajo de asociación entre algunas barras incluso con rivalidades duras como Atlético Nacional e Independiente de Medellín o Junior con Santa Fe, Bucaramanga y Unión Magdalena, pero cuyos lideres tenían la suficiente conciencia de entender que Colombia no podía derramar más sangre de la que había derramado socialmente. Ahí empezó un trabajo que hoy tiene a casi todas las barras colombianas participando en un grupo que se llama ‘Barras Colombianas por la Convivencia’”, explicó.

Sin embargo, la principal interrogante surgió de saber como hicieron en Colombia para empezar a transformar la mentalidad de gran parte de los integrantes de sus barras. Ante esto, Pipe detalló que el trabajo comenzó de forma interna, de los líderes hacia cada uno de los miembros de estos grupos para llegar a acuerdos que permitieran el desarrollo en paz de los partidos de la Primera División cafetalera.

“No es un proceso fácil de explicar y no fue fácil ejecutarlo. Partiendo de la conciencia que se empezó a dar en casi todas las barras, los líderes se encargaron de empezar a estimular a los integrantes acerca de esta nueva conciencia, todo para salvar la libertad, la vida y la integridad de todos nosotros, empezamos a relacionarnos con otros líderes en ‘Barras Colombianas por la Convivencia’ y como cada grupo estaba haciendo a su interior un montón de trabajo social, pedagógico y solidario, los muchachos ya empezaban a familiarizarse con ese sentido ideológico de hacer cosas positivas”, compartió.

EL BARRISMO SOCIAL EN COLOMBIA

Uno de los puntos más interesantes y llamativos de la dinámica de trabajo en muchas de las barras colombianas tiene que ver con la integración positiva a la sociedad de jóvenes que encontraron dentro del mismo grupo de animación, oportunidades para hallar un reconocimiento de todo su entorno, lo que a su vez trajo consigo un cambio en su mentalidad paulatino.

“Nada de esto hubiera sido posible sin que cada barra hiciera un trabajo pedagógico interno porque cuando nuestros muchachos recibieron empleo, educación, cuando fueron reconocidos por su trabajo solidario, cuando dejaron de sentirse como unos borrachos de esquina que lo único que sabían era dar problemas o pelear y empezaron a tener empleo, a que incluso los delincuentes del barrio los respetaran y les dijeran que ahora eran buenos muchachos, pero también eran respetados el político, el policía o por la dirigencia del club, entonces no fue tan difícil decirles que íbamos a ir en paz a alguna ciudad, que no nos iban a atacar, pero que nosotros también los íbamos a recibir bien”, indicó Pipe, al tiempo de agregar la manera en que los barristas se ven a ellos mismos con estos cambios de comportamiento.

“De alguna manera, y no quiero ser malentendido con lo que voy a decir, empezaron a sentirse cumpliendo códigos honorables de respeto. Muchas veces a los muchachos les gusta hacer las cosas sin sentirse santos, sin sentirse buenos, sin sentirse como despojados de su masculinidad por así decirlo. Lo ven como un código entre hombres que tienen poder y se respetan, como si ellos quisieran decir: ‘yo soy capaz de hacer daño y no lo voy a hacer’. Si en nombre de esa postura como de orgullo y ego, hay paz, entonces que la haya, lo importante es la convivencia.

GENERACIÓN DE EMPLEOS DESDE LA BARRA

Con el correr de los años, las autoridades empezaron a notar los logros que cada barra de forma aislada tenía con sus acciones en busca de una mejore convivencia, lo que, a decir de Felipe, derivó en que diferentes Alcaldías hicieran participes a los barristas en proyectos financiados por el Estado. El resultado se vio reflejado en la creación de empleos desde las propias barras para los que forman parte de ellas. Llegaron beneficios cuando los jóvenes notaron que era mejor trabajar y subsistir desde la barra que estar metidos en vicios.

“Cuando el propio club o las Alcaldías locales empezaron a confiar en nosotros luego de ver que durante muchos años tuvimos la iniciativa de guardar buen comportamiento, nos empezaron a ayudar con proyectos sociales financiados por el Estado. Cuando empezamos a mostrar nuestra capacidad de administrar los presupuestos que se nos otorgaban para ser responsables y honestos, que lo que hacíamos era dar empleo a los muchachos y ejecutar proyectos en los que contractualmente teníamos un acuerdo con las Alcaldías para llevar a cabo en la calle, es decir, intervenciones en colegios, trabajos solidarios en sectores, hacer actividades audiovisuales. En ese trabajo de muchos años donde las Alcaldías nos dieron la oportunidad, empresas privadas o el propio club, los muchachos empezaron a sentirse importantes, que valía más la pena trabajar que estar por ahí emborrachándose o drogándose, la mentalidad fue cambiando, relató Muñoz.

En ese mismo tenor, Pipe recordó que su misma barra logra subsistir desde la venta de productos de Los del Sur o Atlético Nacional. Incluso, cuentan con La Tienda Barrista, un local establecido y operado por integrantes del grupo que encontraron una oportunidad laboral en este negocio que les permite ganarse la vida.

“Las barras, al margen de lo político o lo social, entendieron que con la mercancía y lo comercial, se podían financiar cosas que hacían pensar que era mejor levantarse a vender camisetas de la barra o del club, que buscarle problemas a otra barra. De alguna manera todo se dio así, pero el inicio es cuando la mentalidad cambia y se aleja de la violencia, se aleja de que esa sea la esencia y el motivo de ser de la barra. Cuando las barras solamente piensan en eso, los problemas siempre van a estar. Si las barras entienden que hay forma de conseguir empleo y subsistir a través de una barra, la mentalidad va a cambiar obligatoriamente porque uno se va a parar a querer buscar la subsistencia desde la barra y no problemas para la barra, dijo.

LOS CLUBES PARTICIPAN

Dentro de todas estas acciones, faltaba saber la participación de los clubes del futbol colombiano. Sobre eso, Felipe dio fe de que hay equipos que han considerado positivas las iniciativas, unos en mayor medida que otros, pero bajo el entendido de que los propios barristas son parte importante del espectáculo del futbol.

Felipe Muñoz es uno de los referentes de Los del Sur de Atlético Nacional.

Felipe Muñoz es uno de los referentes de Los del Sur de Atlético Nacional.

Algunos clubes han visto con buenos ojos lo que ha ocurrido y han dado voz a todas estas barras porque saben que son actores en el bienestar del equipo y la realización de los partidos. Con los dirigentes de estos equipos hemos logrado hacer un trabajo importante para la comprensión de lo que hemos logrado y con el visto bueno de ellos. El vacío está en los medios de comunicación que no les ha importado mucho informarse de esto que ha empezado a salvar vidas, pero la lucha es constante, cada fecha del futbol colombiano hay nuevas demostraciones de diálogos exitosos. Es un caso de éxito que creo que hay que mostrar en todo el mundo, afirmó.

¿PUEDE CAMBIAR EL BARRISMO EN MÉXICO?

A la distancia, Muñoz reconoció que es difícil hablar puntualmente de lo que sucedió hace unos días en Querétaro debido a que no cuenta con todo el conocimiento de causa sobre el problema. De lo que no tuvo duda es que en medida que las barras muestren una buena disposición para entender su papel en los estadios, la situación tendrá un giro importante.

Me gustaría que el gobierno mexicano, que las instituciones y el periodismo mexicano, intenten no satanizar a sus barras, sino que empiecen a tener un dialogo donde les hagan caer en cuenta si un hincha de América prefiere golpear a un hincha de la UNAM o de Chivas por encima de ir a ver a su equipo en Ciudad Universitaria o en Guadalajara con total tranquilidad y con la garantía que no le va a pasar nada. Me gustaría que los barristas mexicanos me respondan que prefieren, y si es lo obvio, que se haga un trabajo orientado a esa concepción de respeto y amor por el futbol; si me responden que prefieren la violencia contra su equipo rival, no hablamos de un barrista de verdad, sino simplemente una persona que le gusta la violencia y no le gusta el futbol”, culminó.