La Selección Mexicana iniciará este jueves una Fecha FIFA de suma importancia para sus aspiraciones en el camino rumbo al Mundial de Qatar 2022 y lo hará ante Jamaica, rival ante el cual ha tenido algunos partidos memorables de esta clase, particularmente el del Hexagonal para obtener el boleto a la Copa del Mundo de Japón-Corea 2002.

 

 

El equipo dirigido por Gerardo Martino llega a esta instancia de las eliminatorias con un tanto de apuros debido a que en estos momentos, se encuentra ubicado en la tercera posición del Ocragonal Final de la Concacaf empatado en puntos con Panamá, ambas escuadras en 14 unidades hasta el momento. Dicho esto, el no ganar sumado a una posible victoria canalera sobre Costa Rica, bajaría al equipo nacional a la cuarta posición, es decir, quedarían fuera de la zona de boletos directos a Qatar.

 

A MATAR O MORIR EN KINGSTON

A propósito de esta situación, recordamos la tarde del 2 de septiembre del 2001, cuando México se presentaba en Kingston con amplias posibilidades de quedarse fuera del Mundial. Al cuadro de Javier Aguirre no le valía otro resultado que no fuera la victoria si es que querían mantener vivas sus aspiraciones de acudir a la justa veraniega del año entrante.

Este partido se llevó a cabo en la séptima fecha de la eliminatoria y el Tricolor se ubicaba en la cuarta posición, solamente tres equipos obtendrían un boleto. Previamente, Honduras le había ganado a Estados Unidos y Costa Rica hizo lo propio con Trinidad y Tobago, por lo que no ganar representaría dejar escapar a esos rivales.

 

El Estadio Nacional de Kingston era un hervidero. Jamaica podría dejar sin posibilidades de Mundial a México y, por si fuera poco, el primer tiempo pintaba un negro panorama debido a que Heriberto Ramón Morales cometió un autogol al querer despejar un balón en el área chica de Óscar Pérez, quien nada pudo hacer para impedir el tanto en contra.

APARECIÓ BLANCO

Para el segundo tiempo, el Vasco Aguirre no se la pensó y mandó al 10 verde al campo. Cuauhtémoc Blanco reaparecía con la Selección Mexicana casi un año después de aquella patada artera de Ansil Elcock sobre su rodilla el 8 de octubre del 2000 y lo haría para convertirse en el mariscal que comandaría la recta final del camino a Japón y Corea.

Cuau fue el héroe de la tarde en Kingston. Primero puso paridad en el marcador al aprovechar una gran jugada colectiva en la que Jared Borgetti hizo una finta para dejar correr la pelota que sirvió desde la derecha el Cabrito Arellano y así, permitir que Blanco entrara solo y rematara franco ante el arquero Aaron Lawrence.

Minutos mas tarde se repitió la fórmula. Jesús Arellano desbordó por derecha, llegó a línea de fondo y sacó un centro al corazón del área, justo a donde se encontraba Cuauhtémoc Blanco para golpear el esférico de primera intención con la pierna derecha, colocándolo así muy lejos del alcance del guardameta rival.

La voltereta estaba consumada y con ello, tres puntos de oro puro para la Selección Mexicana, que después de eso cerró la eliminatoria con un triunfo en casa contra Trinidad y Tobago, empate sin goles de visita en Costa Rica y finalmente, una contundente victoria ante Honduras en el Estadio Azteca en donde, dicho sea de paso, Blanco volvió a destacar.

Hoy, el Tricolor busca un resultado igual de positivo que le dé un poco de oxigeno antes de los compromisos en casa. Pese a las ausencias, ganar es lo único que vale para el cuadro de Gerardo Martino, que vivirá 90 minuots intensos y con la presión de un resultado que le permita mantenerse entre los primeros tres sitios de la eliminatoria.