Roger Federer cambió la historia del tenis para siempre, posiblemente, no quede como el mejor de todos los tiempos en cuanto a la estadística. Pero va a quedar como el más grande por cómo revolucionó el juego, desde la elegancia y su estilo único.

No transpiraba, un revés a una mano de otro planeta, aunque él mismo decía que el mejor fue y es el del francés Richard Gasquet. Marcó un antes y un después en la historia del tenis, gracias a él el tour ATP tomó otra preponderancia en el marco mundial.

Los courts se llenaban gracias a su presencia y ha jugado partidos para la eternidad. Solamente se puede comparar con Michael Jordan, Diego Maradona, Lionel Messi y Muhammad Ali. La mesa de los GOAT.

Los 10 momentos de Roger Federer:

10) Su primer partido:

Federer debutó en Gstaad luego de ganar el junior de Wimbledon (Getty)

Federer debutó en Gstaad luego de ganar el junior de Wimbledon (Getty)

Fue el 6 de agosto de 1998, en el ATP de Gstaad, en su Suiza natal. Con 17 años irrumpió en la escena del tenis, con un look muy distinto. Por aquel entonces, usaba pelo largo.

Su rival fue un argentino, Lucas Arnold Ker. El resultado fue anecdótico y fue para el sudamericano, que en ese entonces, ocupaba el puesto número 88 del ranking.

"Me gustaba jugar en Gstaad porque había altura y eran condiciones rápidas; ya había jugado single y dobles en 1997. Contra Federer sentí que, por más que él venía de ganar Wimbledon junior hacía unos días, no me podía ganar de ninguna manera sobre polvo de ladrillo. En el peloteo noté que él le pegaba con mucho slice en el revés. Y ya en el partido le sacaba alto con kick al revés, me bajaba la devolución con slice y así no me complicaba. Yo subía a la red y le voleaba firme. Él era ágil, sacaba bien, tenía un buen drive, pero el revés no era bueno y lo aproveché. Recuerdo que salí de la cancha y al ver a Stephane Oberer, que había sido entrenador de Rosset y era capitán de la Copa Davis, le dije: ‘Bastante bien jugó el junior, eh’. ‘No, no: jugó mal. Te tendría que haber ganado’, me respondió, enojado. Yo después perdí en la segunda ronda con el Chino Ríos", contó a Arnold al diario La Nación. Y agregó: "Lo vi frío, frío. Venía de ganar Wimbledon y estaría feliz, entiendo que no tenía por qué enojarse. El match fue ajustado. Pero después del partido nunca se me cruzó por la cabeza: ‘Este va a ser buenísimo’. No. Nunca pensé que aquel junior se convertiría en leyenda", dice quien por entonces empuñaba una raqueta Wilson Pro Staff 6.1 Strech que conserva con algunos magullones y guarda en un baúl con trofeos, fotos y más raquetas. "Nunca vi fotos ni videos de aquel partido. ¡Parece como si hubiera sido hace 50 años! En el 2001 volví a enfrentar a Roger, pero en Basilea y en dobles, y ahí se tomó revancha [Roger y su compatriota Michel Kratochvil se impusieron por 6-1 y 7-5 ante Arnold y el australiano Michael Hill]. Admiro mucho cómo hizo Roger para evolucionar tanto. De no poder meter un revés contra mí hace veinte años a ser lo que es hoy. No me parecía un crack de chico. Yo estoy dando clases particulares en muchos lugares, me gusta enseñar y transmitir lo que aprendí y por eso siempre les digo a mis alumnos que lo observen mucho a Federer, que vean todo lo que hace para seguir mejorando pese a ser tan grande. Es admirable".

9) Primer batacazo:

Roger con Pete Sampras, en Wimbledon 2001 (Getty)

Roger con Pete Sampras, en Wimbledon 2001 (Getty)

Si bien para el 2001, Federer ya iba haciéndose un lugar, todavía le faltaba un partido consagratorio en Grand Slam. Ese encuentro llegó en Wimbledon 2001, con 19 años.

Pete Sampras llegaba como número 1 y como campeón anterior en las últimas cuatro ediciones del torneo. En casi cuatro horas y en una batalla a cinco sets, el suizo logró imponerse.

8) Su primer título de Grand Slam:

Primer Grand Slam: Wimbledon 2003 (Getty)

Primer Grand Slam: Wimbledon 2003 (Getty)

Federer ya se había hecho un nombre con algunas victorias rutilantes. Pero le faltaba el Grand Slam. Su primera conquista, fue nada más y nada menos que en Wimbledon, el patio de su casa.

En la final de 2003 derrotó al australiano Mark Phillippoussis en tres cómodos sets. Fue la primera de ocho consagraciones en la Catedral del Tenis.

7) Primer Fedal, la gran rivalidad entre Federer y Nadal:

Federer vs Nadal fue una de las mayores rivalidades en la historia del deporte, más allá de la amistad que tienen fuera de las pistas, dentro de ella se sacaban chispas.

El primer antecedente que hubo entre ellos fue en el Masters 1000 de Miami 2004. El partido duró poco más de una hora y se definió en favor del español en dos rápidos sets.

6) Primera Copa Davis de Suiza:

La Copa Davis en su casa (Getty)

La Copa Davis en su casa (Getty)

Sacando a Federer, Suiza nunca tuvo una gran tradición tenística. Pero además de Federer apareció la figura de Stanislas Wawrinka como segunda guitarra.

En 2014, Stan The Man, estaba en un gran momento y gracias a los aportes de ellos dos, Suiza se quedó con la Copa Davis. En la final derrotaron a Francia y Suiza alzó su primera Ensaladera de Plata.

5) Nadal vs Federer 2008, una oda al tenis:

Una rivalidad implacable (Getty)

Una rivalidad implacable (Getty)

Para muchos expertos, el partido entre Nadal y Federer por la final de Wimbledon 2008 fue el mejor partido en la historia del tenis. El suizo se caracterizó por dominar en las pistas rápidas y el español en las lentas. Nadal venía de ganar la final de Roland Garros. Roger tenía su revancha, pero Nadal se quedó con un partidazo a cinco sets y duró casi cinco horas.

4) El primer Roland Garros:

Federer ya sabía lo que era ganar en Australia, en Wimbledon y en el US Open, solamente le faltaba la consagración en el polvo.

El tan ansiado Roland Garros llegó en la temporada 2009. En la final, derrotó al sueco Rodin Soderling, quien venía de vencer a Nadal en rondas anteriores.

3) El renacimiento del artista:

Australia, un lugar especial para Federer (Getty)

Australia, un lugar especial para Federer (Getty)

Sufrió una dura lesión en la rodilla en 2016, por culpa de un accidente doméstico mientras bañaba a sus hijos. Jugó la gira de césped, pero luego de eso no jugó más hasta el Australian Open 2017.

Llegaba en la sombra y varios lo daban por acabado con 35 años. Pero hizo un torneo de ensueño y derrotó en la final a Rafa Nadal.

El mismo Federer luego del partido declaró: “Ese día jugué los 25 minutos más perfectos de mi vida, en el último set”. Al año siguiente, repitió y se convirtió en el primer tenista en alcanzar los 20 Grand Slams. A su vez, ese Australia 2018 fue el último.

2) Last Dance:

Wimbledon, la última función (Getty)

Wimbledon, la última función (Getty)

El último Grand Slam que disputó fue Wimbledon 2021. Tenía sabor a despedida, pero ningún fanatico del tenis, ni del deporte, quería aceptar este hecho.

Logró llegar hasta los cuartos de final, el polaco Hubert Hurckacz fue el encargado de darle el adiós en su último partido por los puntos.

1) El adiós:

Roger y Rafa, amigos y rivales (Getty)

Roger y Rafa, amigos y rivales (Getty)

La posibilidad de su retiro se barajaba. Pero llegó de un día para otro mediante un posteo de Instagram. El mismo decía que su último ballet, porque él no bailaba, danzaba, fue en la Laver Cup 2022. Un torneo de exhibición que organiza él mismo.

Por eso, la despedida de Roger Federer del mundo del tenis fue recibida con sorpresa por los aficionados del deporte en todo el mundo. Conocido por su estilo elegante y su habilidad en la cancha, Federer dejó una estela indeleble. Una figura icónica que le dio expansión y masividad al tenis durante más de dos décadas.

A pesar de que la posibilidad de su retiro se había rumoreado durante algún tiempo, muchos esperaban que Federer siguiera jugando en el circuito profesional durante unos años más. Sin embargo, ese anuncio en Instagram de que su última participación sería en la Laver Cup 2022, un torneo que él mismo organiza, dejó claro que estaba listo para pasar a la siguiente etapa de su vida.

Su legado está vigente y, claro, perdurará por siempre. Su estilo y elegancia, dentro y fuera de las canchas, se convirtieron en inspiración para las nuevas generaciones que lo tienen como un mapa obligatorio para recorrer los caminos del deporte.