La personalidad de Zlatan Ibrahimovic no deja a nadie indiferente. El delantero de 40 años del AC Milan ha generado amor y odio entre los fans de este deporte a lo largo de los tiempos, pero todo tiene una razón de ser. Ese personaje muchas veces atribuido al marketing que envuelve al sueco parte de una dura infancia marcada por la tragedia y el racismo.
Adrenalina, mis historias ignoradas, es la autobiografía presentada por Zlatan en las últimas horas para contar de su puño y letra lo que fueron los inicios de Ibrahimovic. Sus primeros pasos en Malmo, la muerte de su hermano y las diferencias raciales con el resto de los niños suecos con los que jugaba, parte de un relato más allá del deporte.
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Lo tiene claro: el mensaje de Ibrahimovic sobre su futuro
“Cuando mi hermano Shapko murió de leucemia, me fui. Me estaba esperando, murió frente a mí. Mi padre no derramó una lágrima, al día siguiente fue al cementerio y lloró desde la mañana hasta la noche. Solo“, empieza el sueco en un libro donde promete mostrar la otra cara del personaje.
Adversidades desde el comienzo
El racismo, también presente en su infancia: “Era difícil y problemático. Nada más nacer, la comadrona me dejó caer desde un metro de altura. Toda mi vida ha sido difícil. Era el diferente en la escuela. Los demás tenían ojos azules, brillantes y una nariz normal. Yo era moreno, con una nariz grande. Hablaba diferente y me movía diferente”.
“Los padres de mis compañeros firmaron una petición para expulsarme. Siempre me odiaron, y al principio reaccioné mal, me odiaron. Más tarde, aprendí a sufrir y a convertir el odio en fuerza”, continuaba el delantero en la introducción de un libro que mostrará realmente que porcentaje de personaje ficticio tiene la personalidad de un Zlatan Ibrahimovic que se desnuda ante sus fans y detractores.