Shaquille O'Neal es considerado - casi de forma unánime - el jugador más dominante de todos los tiempos. No así el mejor. Sin embargo, quienes convivieron con él aseguraron que tenía todas las herramientas para superar incluso a Michael Jordan en el podio de los más grandes de la historia.

Y es que, a pesar de que O'Neal tenía un talento incomparable, sumado a un juego de pies excelso, un físico privilegiado y una capacidad atlética sin precedentes, nunca explotó su potencial al máximo. presumiblemente porque nunca se propuso jugar al máximo de su intensidad.

 

Esto quedó en evidencia una vez más con sus últimas declaraciones, en las que aseguró que dejaba lanzar a Allen Iverson, Tracy McGrady, Jason Williams y Vince Carter constantemente porque 'amaba su juego', agregando que 'podría haber bloqueado a Iverson en muchas ocasiones, pero simplemente no quería'.

 

Claro está que el currículum de O'Neal es uno de los más respetables de la historia. Con 4 anillos, 1 MVP, 3 MVPs de las Finales, 2 títulos de anotación, 15 All-Stars y 3 MVP del All-Star, es difícil discutir que el pívot escribió su nombre con tinta indeleble en los libros del baloncesto mundial.

No obstante, al enterarse de estas cosas, se hace difícil no pensar que Kobe Bryant tenía razón cuando dijo que 'podrían haber ganado 12 anillos juntos si Shaq hubiera pasado más tiempo en el gimnasio'. El Big Diesel fue uno de los mejores, pero aún así; nos quedó debiendo un poco más.