Dallas Cowboys y Minnesota Vikings protagonizaban un duelo en horario estelar en el AT&T Stadium en Texas, con los visitantes quedándose con un ajustado triunfo por 28-24 contra todo pronóstico.

Y, una vez más, el entrenador en jefe Jason Garrett fue uno de los principales culpables de que los Cowboys no pudieran conseguir el resultado, tomando decisiones sumamente cuestionables hacia el final del partido.

Los Cowboys habían conseguido mucho éxito conectando con Amari Cooper por la vía aérea, registrando 11 atrapadas para 147 yardas y una recepción de touchdown digna de mirar por horas.

Sin embargo, decidieron correr el ovoide en tres jugadas seguidas en lo que sería su último drive ofensivo de la noche, que terminó con un pase incompleto a Ezekiel Elliott que terminó por sellar su destino:.

En este sentido, Dak Prescott explicó a Damon R. Marx de The Dallas Morning News que el equipo simplemente intentó agotar el tiempo en el reloj para que los Vikings no tuvieran oportunidad de volver:

“Dak Prescott indicó después del partido que la estrategia era correr con Ezekiel Elliott para asegurarse de no dejarles mucho tiempo en el reloj a los Vikings. Se rehusó a hablar sobre las otras decisiones a la ofensiva”.

Ahora, los Cowboys están empatados 5-4 en la división con los Philadelphia Eagles y Jason Garrett volvió a quedar expuesto como uno de los peores entrenadores del mundo, otra vez en un partido de vida o muerte.