Se notó que era una final. América y Cruz Azul hicieron poco para que el partido no termine 0 a 0 en el Estadio Azteca. Nunca arriesgaron más de la cuenta en este encuentro de ida.
Los primeros diez minutos nos dieron a pensar que el partido iba a ser diferente. Ambos equipos buscaban el arco contrario y se mostraban rápidos para salir de contraataque.
Un penal no cobrado de Igor Lichnovsky a Bruno Valdez y una atajada monumental de Agustín Marchesín a Julio César Domínguez, tras un cabezazo a muy corta distancia, ocurrieron en ese lapso. Pero lamentablemente terminó siendo casi lo único rescatable.
El primer tiempo finalizó con pelotazos, juego cortado y muy mal llevado por el árbitro Fernando Guerrero. Ivan Marcone y Guido Rodríguez, los encargados de manejar la pelota en la mitad de la cancha, nunca pudieron imponer su juego con la pelota pasando continuamente por encima de sus cabezas.
La segunda mitad no fue mejor, salvo por una ocasión clarísima en el final para Cruz Azul. El juez no expulsó a Valdez por un claro manotazo contra Marcone, en un tiro libre, a los cinco minutos. Lo más llamativo fue que el VAR no fue consultado en ninguna de las acciones. Las lesiones de Mateus Uribe y Roger Martinez terminaron de empañar una noche negra para el América.
El domingo a las 18:30 jugarán los mismos equipos, en el estadio de hoy. Lo que pedimos que cambie para ese día es la postura de los dos.