En un desenlace que tuvo dos tantos anulados, el Adolfo Ducó cerró un encuentro que terminó 0-0. Así, Peñarol se despidió de la Copa Libertadores, mientras que Huracán se erige como segundo del Grupo 4.

Un Peñarol casi eliminado (un punto de doce) visitaba a un Huracán que quería poner un pie en los octavos de final y ante su público en el Tomás Adolfo Ducó.

Si ya desde el arranque el Aurinegro era el victimario, la roja directa del joven Nahitan Nández reforzó la posición: el volante central le entró muy duro a Mauro Bogado y estuvo cerca de fracturarlo. Pese a la dura infracción, el argentino siguió en cancha y completó el encuentro.

Aún más en la segunda parte, el Globo invadió de remates el área charrúa y la mala precisión local y los reflejos de Gastón Guruceaga le dijeron que no al tan ansiado grito. Además, una mano aurinegra no sancionada por los jueces condicionó al dueño de casa

El final desbordó de emoción y polémica. Primero, Parque Patricios explotó por un gol agónico de Daniel Montenegro que fue anulado por una posición adelantada de Wanchope Ábila, que no tocó el balón pero estaba en la trayectoria. Después, Omar Ponce anuló un tanto uruguayo por una carga ilícita sobre Marcos Díaz. Ambas, pese a las constantes protestas de los dos equipos, estuvieron bien sancionadas.

Así, el 0-0 deja a Huracán en la segunda posición del Grupo 4. Mientras que Peñarol se despide de la Copa Libertadores con solamente dos puntos en cinco partidos.

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