Partidazo entre Aucas y Liga de Quito en la caldera del Sur. 3-2 terminó el compromiso que, como buen clásico, tuvo de todo.
Qué encuentro regalaron Liga y Aucas en la caldera del sur. Al último minuto se decidió este partidazo que tuvo estadio lleno, dos penales inexistentes, polémica por todo lado, emociones desbordantes y cinco goles.
Desde el inicio se presagiaba un partido aguerrido. Aunque a pocos minutos del inicio precisamente uno de los más pronosticados para ser protagonista de esta fuerte lucha salió lesionado. Se trataba de Horacio Salaberry, la estrella del equipo Oriental. Pero el fútbol tiene sus sorpresas y justamente su reemplazante fue quien puso en ventaja al Aucas. Un golazo de cabeza de Edison Cárcelen a los 39 minutos ponía a ganar al Ídolo del pueblo.
Minutos después ocurría un hecho que cambiaría el destino del juego. Algo que no ocurrió nada más ese mismo instante, sino que a lo largo de las últimas semanas se venía cocinando. Se cuestionaba fuertemente un supuesto beneficio arbitral a Liga, sobretodo en los tiros penales. Y eso fue lo que jugó mucho a la hora en la que el asistente número 1 le regalaba un penal al equipo local. Alex Bolaños lo capitalizó y Aucas aumentaba su ventaja. La reacción anímica de la U fue arrolladora. De tal modo que lo descontó rápidamente. Fue Choclo Quinteros, el ex Aucas quien descontaba para Liga.
El segundo tiempo fue todo lo frenético que se imaginaba. El Rey de Copas era el protagonista. Y rápidamente otro hecho polémico llegaría. El árbitro compensó su error y regaló un penal inexistente a Liga. Narciso Mina fue el encargado y lo erró. El balón estrelló contra el parante y a la postre este hecho marcaría la diferencia. Aunque minutos después todo parecía mejorar para Liga. Un golazo de Cachete Morales de tiro libre ilusionaba a la hinchada Alba con un desenlace heroico.
Mientras la U buscó todo el resto del tiempo el gol de la victoria, Aucas se guardaba la sorpresa para el final. Espectacular jugada de Jairo Padilla en el área de Liga y finalmente cedió la pelota de manera exquisita para que Juan Villacrés haga estallar a la fanaticada Oriental que festejaba su clásico ganado después de tantos años.