El juego del Día de Acción de Gracias fue un clavo más en el ataúd para el futuro de Jason Garrett como entrenador de los Dallas Cowboys. El Equipo de América sigue dándole oportunidades a Philadelphia de alcanzarlo en la cima de la NFC Este y volvió a perder, esta vez por 26-15 ante los Buffalo Bills, en Arlington.

Sin embargo, la verdadera sorpresa la dio un ex vaquero, que tuvo una actuación destacada, pero para su rival: Cole Beasley. El receptor tuvo seis atrapadas para 110 yardas y una anotación, cumpliendo un rol fundamental en la victoria de los Bills, que estiraron su marca a 9-3 y se ilusionan con una buena actuación en Playoffs.

De cualquier manera, su actuación dentro del campo de juego no fue lo más resonante de la jornada o, al menos, no lo fue tanto como sus declaraciones luego del encuentro.

Estoy feliz de estar en un lugar en el que los entrenadores creen en mí. Donde mis compañeros creen en mí y donde me dan todas las oportunidades necesarias para hacer lo que se hacer”, dijo. “Se lo dije a todos antes del juego: solo estoy feliz de estar de este lado mientras estamos aquí (en el AT&T Stadium)”.

Las palabras de Beasley fueron un claro golpe para la franquicia en la que pasó seis años tras ser drafteado en 2012.

De cualquier manera, más allá de atacar a los Cowboys, no tardó en deshacerse en elogios para sus compañeros: “Ha sido una gran experiencia. Todos dieron todo lo que tenían para conseguir la victoria número nueve. Eso es lo más importante, así que estoy feliz de haber dado un paso más hacia adelante”.

Este año, Beasley lleva 12 juegos (8 como titular) en los que consiguió 55 recepciones para 635 yardas y 5 anotaciones. Además, ha sido una pieza fundamental para que los Bills le metan presión a los New England Patriots (10-1) y se mantengan como el mejor de los equipos que no lideran sus divisiones en la AFC.