El nombre de Gabrielle Thomas tomó repercusión en el atletismo mundial cuando el 26 de junio de este año consiguió la tercera mejor marca de la historia en los 200 metros llanos en las pruebas para el equipos de Estados Unidos en el Hayward Field, de Oregon, rumbo a los Juegos Olímpicos.
En aquella cita, Gabby marcó 21.61 segundos, detrás de los 21.56 y 21.34 de Florence Griffith-Joyner, que con el segundo de esos tiempos posee el récord mundial vigente desde la edición olímpica de Seúl 1988. Desde ese día, Thomas se volvió una firme candidata en la prueba para Tokio 2020.
Aquel día tras correr la mejor pasada de su vida declaró: " Definitivamente cambió la forma en que me veo a mí misma como corredora. Todavía estoy en estado de shock. Mi sueño era formar parte del equipo olímpico. Ahora que lo he logrado, voy a establecer metas más altas ". Y así fue, consiguió el bronce olímpico un poco más de un mes más tarde con un tiempo de 21.87, detrás de Elaine Thompson-Herah (21.53) y Christine Mboma (21.81).
Pero la medalla olímpica no es el único logro que Thomas consiguió en su vida. La nacida en Atlanta, Georgia, se graduó en 2019 en Harvard con Neurobiología y Salud Global y actualmente está cursando un Master en Epidemiología en la Universidad de Texas. Con sus conocimientos espera hacer una diferencia en la sociedad, achicando brechas raciales en los sistemas públicos de salud.
En mayo de este año una resonancia magnética arrojó que Gabby tenía un tumor en su hígado que ponía en peligro su participanción en sus primeros Juegos Olímpicos. Finalmente, en junio anunció en su Twitter buenas noticias: "La masa es benigna y no necesitaré tratamiento ni operación. Estoy muy agradaceida a aquellos que me desearon lo mejor". Después del susto, Thomas pudo disputar sus primeros Juegos Olímpicos, en dónde ganó una medalla y compartió equipo de atletismo con su ídola Allyson Felix.