Este domingo, Raven Saunders consiguió su primera medalla en los Juegos Olímpicos al ubicarse en la segunda posición en la final de lanzamiento de bala. Con 19.79 metros, la atleta estadounidense se ubicó detrás de la china Gong Lijiao, que ganó la prueba con comodidad gracias a su marca de 20.58, la mejor de su carrera.

Saunders es una deportista que llama la atención al público no sólo por su talento en la disciplina, si no por su carisma y extravagancia en su vestuario. La de Carolina de Sur acudió a Tokio 2020 con su pelo teñido de verde y violeta y utilizó barbijos del Increíble Hulk, tal como la apodan en el ámbito del atletismo.

Tras ganar la medalla plateada, Saunders aprovechó el espacio en el podio y toda la atención que atrae un Juego Olímpico para dar un mensaje de apoyo a todos los “oprimidos” en la sociedad. La norteamericana alzó sus brazos por sobre su cabeza formando una cruz y luego explicó que lo hizo para representar a “todas las personas del mundo que están peleando y que no tienen una plataforma para hacer escuchar su voz“.

El Comité Olímpico internacional está analizando si se rompió la regla 50 de su normativa, que prohíbe protestas en podios de índole religioso, político o racial. Aunque no se sabe qué sanción podría llegar a recaer sobre Saunders, el organismo se encuentra revisando el gesto.

La estadounidense activista por los derechos del colectivo LGBT+ declaró en anteriores ocasiones que estuvo a punto de quitarse la vida en 2018 por problemas de depresión y luego se recuperó la preparación camino a la cita de Tokio 2020 en donde finalmente obtuvo una medalla.