Se estima que para organizar la Copa destinarán alrededor de u$s 65.000 millones, de los cuales u$s 4 mil millones serán para la construcción de los modernos estadios. Qatar es un país seis estrellas. Siendo un pequeño territorio de tan sólo 11.437 km(2) de extensión y un poco menos de 2 millones de habitantes, la gran cantidad de dinero que le proporciona el petróleo lo convierte en uno de los lugares más exclusivos y elegantes del planeta. Ubicado en una pequeña península en las costas del Golfo Pérsico, los habitantes del emirato del generoso jeque Hamad bin Jalifa Al Thani tienen como deporte principal obviamente al fútbol, y a nuestra selección como una de sus preferidas. Y como debe ser, cuando uno dice ?argentino?, enseguida una amplia y blanca sonrisa devuelve ?Messi, Maradona?. En 2022, cuando Lionel Messi tenga 35 años, posiblemente juegue su último Mundial en los impactantes estadios que ya comenzaron a construirse en Doha, su capital, y quizás los chicos que hoy caminan por sus calles con la camiseta de la ?Pulga?, vean hecho realidad el sueño de disfrutar de sus ?dibujos? en la cancha. Es raro, pero no se ve indumentaria brasileña. Vale recordar además que en la actualidad el principal esponsor de la casaca del Barcelona es la Qatar Foundation, y también son dueños del Málaga puntero de Manuel Pellegrini. Mientras tanto, la idea es organizar la Copa del Mundo más increíble que se haya visto jamás, y aunque no existen cifras oficiales, la consultora Merryll Lynch estima que para conseguirlo se destinarán alrededor de u$s 65.000 millones, de los cuales u$s 4 mil millones serán solamente para la construcción de las canchas. Sudáfrica gastó para el Mundial 2010 unos u$s 11.400 millones. En Qatar se construirán nueve estadios, y se renovarán otros tres, y para luchar contra temperaturas que se acercan a los 50 grados en el verano, planean equiparlos con aire acondicionado activado por energía solar. En este sentido, y en un claro y contundente ejemplo de optimismo, y disponibilidad de efectivo, Saud Ghani, jefe del departamento de Mecánica e Ingeniería Industrial de la Universidad de Qatar, afirmó que la mejor solución sería la utilización de una nube artificial capaz de tapar los rayos del sol. Para ello construiría un dirigible compacto -muy liviano- relleno de helio, recubierto de fibra de carbono y capaz de desplazarse en el aire por control remoto. La energía solar movería los cuatro propulsores colocados en las esquinas del aparato. El resto de la plata para el primer Mundial de mayores celebrado en Medio Oriente se destinará a ampliar la capacidad hotelera, autopistas, red ferroviaria, subterráneo, y un aeropuerto internacional extraordinario de primera clase. Sí, la construcción, después de la industria petrolera, es la principal actividad de una nación cuya población nativa es sólo el 20, ¿el resto?, un deslumbrante crisol de nacionalidades, compuesto entre otros por nepaleses, sudafricanos, marroquíes, bosnios, mexicanos, franceses, filipinos, japoneses, y argentinos, por supuesto. Fuente: Cronista.com
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