En el país que será sede del próximo mundial rige una ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas desde 2003, pero la organización de la Copa del Mundo quiere hacer una excepción. La responsabilidad de ser el organizador de un Mundial siempre genera un “tira y alfoje” con las empresas interesadas en el evento. Es por eso que la FIFA sugirió -para no decir impuso- a Brasil que durante la Copa del Mundo no se cumpla la ley que prohíbe al alcohol dentro de los estadios de fútbol. “No estamos hablando de bebidas fuertes, es cerveza”, indicó Jerome Valcke, Secretario General de la FIFA. La postura brasileña es que la admisión de alcohol en las canchas aumenta la probabilidad de que se generen hechos de violencia, pero la empresa Budweiser es uno de los mayores patrocinadores del evento, por lo que la situación para Blatter y los máximos dirgentes es una encrucijada. Además, Valcke aprovechó la situación para advertir sobre el atraso que supuestamente llevan los estadios, por más que desde Brasil se diga lo contrario. “Todavía no hay un solo estadio listo”, dijo el Secretario el jueves al visitar Río de Janeiro. Se teme también que la distancia entre las ciudades que albergarán partidos dificulte la transportación durante el Mundial. Por último, aclaró que el tiempo para que Brasil y la máxima entidad del fútbol mundial se pongan de acuerdo con el precio de las entradas se termina, y que debe ser prioridad de aquí en más.