La ciudad que representa la onceava parte de Moscú en territorio, Kaliningrado, presentará un reto para los viajeros: está fuera de la mayor parte del país producto de una agitada historia. Para 2018, espera convivir con más hinchas que ciudadanos, hoy menos de 500 mil.

El fixture del Mundial Rusia 2018

16/6 (Grupo D): D3 vs D4. 21/6 (Grupo C): C1 vs C3. 24/6 (Grupo H): H4 vs H2. 27/6 (Grupo F): F2 vs F3.

Para dificultad del viajero, Kaliningrado se encuentra fuera de Rusia: tiene fronteras al norte con Lituania y al sur con Polonia y está enfrente del mar Baltíco. Por ello es conocida como una “isla”.

La ciudad fue pasando de mano a mano desde su creación: formó parte de la Prusia Oriental, transcurrió por la unificación de Alemania y hasta la Unión Soviética, entre otros Estados. Y prepara para 2018 una urbanización histórica después de permanecer durante décadas sin grandes cambios.

Mismo espacio, distintos gobernantes

Su nacimiento data de 1255 con un nombre muy diferente al que lleva hoy: “Königsberg” (“Rey del monte”, en alemán). Esta etiqueta quedó hasta la época soviética, después de la anexión a la Prusia Oriental y de Alemania. Durante la Segunda Guerra Mundial, al igual que otras ciudades, la urbe quedó en ruinas siendo el sitio de lucha entre las armas soviéticas y las alemanas: casi cien mil soldados defensores fueron capturados al quedar marginados del resto de Alemania.

En el reparto de fronteras, Prusia Oriental fue dividida en territorios de Polonia y de la Unión Soviética, esta última se quedó con Königsberg, que pasó a ser Kaliningrado inmediatamente, en homenaje al revolucionario bolchevique Mijaíl Kalinin. La mayoría de los alemanes, estimados en doscientos mil (casi dos tercios de la población), fueron expulsados de la región.

Hoy en día, siendo una importante base naval de Rusia, la ciudad es un latente centro de armas nucleares. Los últimos movimientos armamentísticos de la política nacional han sido que si la OTAN refuerza Polonia y el mar Baltíco, ellos desplegarán misiles en Kaliningrado. Encrucijada nada alentadora para los viajeros.

¿Qué hay para recorrer?

A diferencia de otras sedes mundialistas, las temperaturas medias en junio y julio vacilan entre los 15º C y 18º C, siendo un clima templado más frío del usual. Además, es un sitio pequeño para recorrer: su territorio es la onceava parte de Moscú, hasta sus ciudadanos están acostumbrados a realizar trámites de la vida diaria en los países vecinos.

En una ciudad que combina desde innovadores rascacielos hasta edificios barrocos, la Catedral de Königsberg es una forma para el extranjero de congeniar en un lugar con más pasado que futuro. Construido en 1333 y seriamente dañado durante la Segunda Guerra Mundial, la catedral ha sido renovada recién hace casi veinte años.

Por otra parte, una visita digna de hacer es la de la Iglesia del Cristo el Salvador, la mayor de toda la provincia. Situada en la plaza central, tiene 70 metros de altura pero una historia más que reciente: fue terminada en paralelo al Mundial de Alemania 2006.

La renovación camina al lado de la Copa del Mundo

Sin dudar, las autoridades aseguran que el evento deportivo de 2018 será la excusa perfecta para hacer progresar a una ciudad que está aislada de Rusia en superficie y modernización.

Así se construirá el estadio para el Mundial con una capacidad de 45 mil espectadores, más del triple que convoca como máximo Baltika, el equipo local que disputa la Segunda División. Después del máximo evento deportivo del globo, el gobierno nacional iniciará obras para construir un complejo residencial alrededor del estadio, que incluirá parques y muelles a lo largo del río Pregola.

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+ Los eliminados de Rusia 2018.

+ Galería de Kaliningrado.