La fiesta de Francia no paró en ningún momento. Y tiene sentido. Los merecidos campeones del mundo no tenían motivo para dejar de celebrar.

Así lo demostraron Antoine Griezmann y Paul Pogba. El del Atlético de Madrid subió una divertida foto muchas horas después del encuentro finalizado.

Ambos en el vestuario, con la Copa del Mundo entre medio y unas extrañas caras como sin poder entender lo que habían conseguido.

Historia pura la de estos dos jóvenes que mucho más tienen para dar a sus clubes y a su selección.