Si alguna vez los referentes del seleccionado panameño dijeron estar sufriendo la clasificación al Mundial, por las críticas recibidas de parte de quienes, arbitrariamente, pusieron la vara muy alta; la noche del martes en el Rommel Fernández fue de reconciliación. Alrededor de 25 mil almas mostraron su gratitud a los futbolistas que hicieron historia, que por primera vez llevarán la bandera de Panamá a una Copa del Mundo. Y el empujón anímico que ello implica será enorme.

El fútbol, más allá de las conclusiones que pueda sacar el entrenador Hernán Darío Gómez, apenas fue la excusa. El 0-0 ante Irlanda del Norte fue la prueba de ello. La mayor necesidad, antes que una línea de cuatro o de cinco defensores, era que los futbolistas se empaparan del cariño de quienes entre junio y julio estarán haciendo fuerza por que suceda un nuevo milagro.

También, el encuentro sirvió para que hiciera su debut con la selección mayor una de las grandes joyas que tiene el fútbol canalero: José Luis Rodríguez, mediocampista que milita en el Gent de Bélgica. Ismael Díaz, el exdelantero del Porto que no parece tener todavía su lugar asegurado en Rusia, fue uno de los más ovacionados de la noche, dejando en claro al entrenador cuál es el deseo popular.

Llegó ahora el turno de un breve descanso para el seleccionado panameño, que luego viajará rumbo a Oslo, Noruega, donde enfrentará el 6 de junio al seleccionado local. Finalmente, se instalarán en Rusia, la tierra prometida, para tener su histórico debut mundialista el 18 ante Bélgica.