Pep Guardiola no retiene a nadie. Es una política del catalán desde que empezase su aventura en la élite allá por el verano del 2008. Cualquier jugador que no coincida con sus rotaciones o formas de equilibrar temporadas con más de 60 partidos tiene las puertas abiertas. No es la primera vez que sin quererlo, el actual entrenador de Manchester City tiene que dejar salir del Etihad a sus estrellas. Julián Álvarez, Ronaldinho o Samuel Eto’o, algunos de los casos más singulares.

La marcha del argentino al Atlético de Madrid refleja la dura realidad de manejar grupos de cracks, millonarios y por encima de todo, personas. Julián Álvarez no se va por dinero, tampoco por sentir que no tuvo minutos, sino justamente por querer más o un cambio de vida a nivel profesional como personal. No es el primero, seguramente no el último y se puede armar hasta un once alrededor de esos jugadores que en un momento soltaron la mano a Pep sin necesidad de una pelea en la mayoría de los casos.

Claudio Bravo es el primer nombre del equipo. El chileno dejó Manchester City en verano del 2020 gracias a una oferta del Real Betis, pero igualmente por el deseo de ser el único titular del equipo que tuviese sus servicios. Por aquellos tiempos se comentó el deseo de Pep por convencerle de seguir en un segundo plano, en otro rol en el plantel y sin suerte en esto. Semanas atrás se especuló incluso con que formase parte del cuerpo técnico de Guardiola.

Joao Cancelo, Eric Garcia, Aymeric Laporte y Oleksandr Zinchenko comparten el mismo desenlace. Ninguno estaba infeliz en Manchester, tampoco enemistado con Guardiola (el portugués lo estaría al final de su marcha) y todos con el deseo de ser inamovibles en un once. Bayern Múnich, Barcelona, Arabia Saudita e incluso un rival directo como Arsenal se quedaron con sus servicios por ventas que han superado los 80 millones de euros. Pep contaba con todos.

Una de las pocas imágenes de Guardiola con Ronaldinho: IMAGO

“Me quedaban dos años de contrato con el Manchester City y podía haberme quedado. Pero la decisión de marcharme fue mía. Sentí que esta oportunidad, la de Arabia Saudí, no volvería a presentarse”. Son declaraciones puntuales del argelino Riyad Mahrez antes de unirse al Al-Ahli de Riad. Como ocurriese en casos como Cole Palmer, Yaya Toure o Ronaldinho, las diferencias en cuanto a gustos, deseos de otro ritmo de vida y hambre competitivo generaron el divorcio con Pep.

Ronaldinho, un caso aparte

Durante años se ha especulado con que Guardiola le echo del Barcelona. Una mentira que creció con cada año que ha pasado desde el retiro del ‘10’ y que el propio Ronaldinho se encargó de aclarar. Pep falló en convencerle de seguir: “Yo se lo agradecí pero le dije que notaba que mi ciclo en el Barça ya había acabado y decidí marcharme”.

Eto’o y Julián Álvarez buscaron cariño

Nadie niega que el camerunés y Guardiola tuvieron sus roces, pero siempre Eto’o habló de una ausencia de cariño como el mayor motivo de su divorcio con Pep. Lo encontró con Mourinho y un Inter de Milán donde ganaría el triplete meses más tarde. Julián Álvarez, ya en clave Atlético de Madrid, viene a LaLiga para ser inmovible a pesar de todo lo conseguido en Manchester. Retener a quienes buscan más, la gran deuda de estos años para Josep Guardiola i Sala.

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