Durante el 2020, Agustín Almendra dejó de ir a entrenar al predio de Ezeiza por cuestiones personales y pasó de ser uno más del plantel de Boca a quedar marginado. Poco después, arregló su situación con los dirigentes y se sumó de nuevo al grupo. Ahora, un año después, es una de las grandes figuras.
El volante está en su mejor momento: a toda su calidad futbolística le está sumando golazos desde media distancia. Su situación cambió por completo y ahora es de lo mejor que tiene Sebastián Battaglia a disposición. Gran parte de ese presente se debe a Marcos Rojo.
Tras su gran actuación frente a Huracán, Almendra reconoció: “Por suerte me está yendo bien, estuve un tiempo alejado del club por malas decisiones, pero estoy contento”. Desde su llegada, Rojo se mantuvo cerca del juvenil, lo contuvo y le brindó su amistad. Así, le permitió acomodarse dentro del vestuario y sentirse más libre a la hora de jugar, sabiendo que estaba respaldado por uno de los referentes.
Jorge Bermúdez reconoció que la influencia de Rojo fue clave para recuperar a Almendra. “La llegada de Marcos fue fundamental para Agustín. Le ha vuelto la alegría. Entendimos que a veces había que dejarlo solo, en su casa, sin entrenarse. Sabíamos que iba a entender que la vida para él es estar detrás de una pelota”, señaló en ESPN.
Y hace algunos meses, el propio Juan Román Riquelme contó la historia. “Medina, Varela y Almendra son chicos que juegan bien. Hablamos mucho con los chicos. Rojo nos dio una mano gigante con Almendra, lo ha abrazado, los chicos necesitan eso. Agustín está contento. Lo vemos disfrutar, parece otra persona”, indicó el vicepresidente. Almendra ahora es uno de los mejores jugadores de Boca y Rojo tuvo una influencia fundamental en eso.
