Siempre que Mauro Zárate habla, sacude a todo el mundo. Y no solo porque haya pasado por el mundo Boca, donde todo se magnifica, sino que desde que apareció en la Primera División de Vélez Sarsfield, allá por el año 2004.
En la jornada del lunes, donde Juventude visitó aClube Esportivo Aimoré, el delantero anotó su primer gol con la nueva camiseta que defiende dentro del fútbol brasileño, pero no pudo dejar de recordar su pasado por el conjunto de Liniers, como así tampoco por el club de La Ribera.
Muchos meses antes de que se diera la mítica final de Copa Libertadores entre Boca y River, que terminó definiéndose en el estadio Santiago Bernabéu, en España, el menor de los hermanos Zárate fue contundente:“El que pierde se tiene que ir del país”. Y continuó: “Una final de Libertadores sería una locura”. Claramente, esa frase hizo muchísimo ruido, pero el análisis posterior que hizo de sus dichos, aumentó su magnitud.
“No me arrepiento de la frase que dije previo a la final del 2018. De hecho cumplí y me fui de vacaciones a Miami”, respondió, sin pelos en la lengua, en diálogo con Radio La Red. Y como si fuera poco, se lamentó por no haber podido disputar el partido frente al Millonario:“Me dolió no haber jugado contra River en Madrid”.