Desde que Juan Román Riquelme se hizo cargo del Consejo de Fútbol, en el mundo Boca comenzaron a surgir grandes talentos. Claro, la prioridad de la nueva conducción estuvo centrada en darle mayor participación y valorizar a la materia primera de la institución, sobre todo porque el objetivo a largo plazo es que los jugadores de inferiores sean mayoría en el plantel profesional.

Si bien siempre se producirán incorporaciones y buscarán jerarquizar a la plantilla, la idea de Riquelme es que puedan complementarse. A algunos jugadores, por una cuestión de espacio dentro del equipo, los envían a otras instituciones por medio de un préstamo, y eso podría ocurrir con Aaron Molinas.

A pesar de que el talentoso enganche tiene unas enormes cualidades, no encaja en el sistema táctico de Hugo Ibarra y aparecieron clubes como Rosario Central, Tigre y Argentinos Juniors dispuestos a tenerlo entre sus filas. Pero mientras buscan la manera de que Molinas se marche de Brandsen 805, quien armó las valijas fue otro mediocampista: Adrián Sánchez.

Después de estar a préstamo en Chile, donde defendió la camiseta de Everton, el nacido en Don Torcuato hace 23 años continuará con su carrera en Atlético Tucumán. El Decano venía negociando por su ficha, y después de muchísimos intentos, logró obtener la cesión de sus derechos por una temporada y con una opción de compra, la cual no se reveló el monto.

Solamente resta que Sánchez estampe la firma en el contrato que lo mantendrá en Tucumán y en donde buscará ganar el rodaje que no puede obtener en Boca, donde aún no logró vestir la camiseta en Primera División. Eso sí, cuando estuvo en Reserva, mostró grandiosas actuaciones. Pero no fueron suficientes para estar en la máxima categoría.

Durante su estadía en el fútbol chileno, el volante central disputó 37 partidos y marcó dos goles, además de que asistió en 3 ocasiones. Aunque Everton no fue su único equipo en el país vecino: también jugó 26 encuentros en Curicó Unido, donde convirtió 4 goles y tuvo la misma cantidad de asistencias.