Eliminado a manos del Real Madrid en los octavos de final de la Champions League y algo relegado en la lucha por LaLiga tras su empate del último sábado ante Espanyol, en Atlético de Madrid apuntan todos los cañones a la Copa del Rey como el título a conquistar en la presente temporada.
No será tarea sencilla, incluso cuando este miércoles deberá definir en condición de local una serie ante Barcelona que inició con igualdad 4-4 el pasado 25 de febrero en el Estadio Olímpico de Montjuic, por lo que podría considerarse que llega con una leve ventaja por jugar con el apoyo de sus aficionados.
Diego Simeone ha querido guardar algunas cartas antes de saltar al terreno de juego del Estadio Metropolitano y los últimos dos entrenamientos han presentado diferencias en relación a la alineación titular por la que podría apostar el DT para hacer frente a los dirigidos por Hansi Flick.
El lunes, El Cholo había apostado por una mitad de cancha repartida entre Rodrigo De Paul y Conor Gallagher; Javi Galán como lateral derecho y Nahuel Molina por banda izquierda, con José María Giménez y Lenglet en la zaga. Pero este martes, un día antes del encuentro, sacó del equipo a Molina para dar ingreso a Marcos Llorente, a Gallagher para incluir a Barrios y a Galán para hacer lugar a Azpilicueta.
Así las cosas, la última alineación que trabajó Simeone antes de recibir a Barcelona incluyó a Musso; Azpilicueta, Giménez, Lenglet, Reinildo; Marcos Llorente, Barrios, De Paul, Giuliano Simeone; Griezmann y Julián Alvarez.
En ese sentido, prescindió de uno de los cuatro argentinos que son titulares habitualmente, como Molina, aunque mantuvo el número debido a la presencia de Musso en el arco, a quien le ha respetado la posibilidad de atajar en los encuentros de Copa del Rey desde que inició la competencia.
Simeone la bajó la espuma al encuentro
Consultado sobre si el duelo de este miércoles ante Barcelona era una final para el Atlético de Madrid en función de los objetivos de poder conquistar un título en la presente temporada, Diego Simeone fue contundente en su expresión. “No es una final, es una semifinal”, dijo.
Y agregó: “La gente hasta hoy se ha comportado como se comportó todos los años, el estadio lleno, cantando todos los partidos, la presencia de la gente nos da una energía increíble. La ida fue 4-4. Se vio un partido intenso, disputado y jugamos ante un rival que hace un fútbol extraordinario, con una valentía para atacar muy buena”.
