8 minutos de partido y parecía que el encuentro iba a complicarse para River por la expulsión directa de Felipe Peña Viaforeluego de un pisotón criminal. Pero no, con Gallardo, nunca es complicación de arranque. Generalmente, una tempranera tarjeta roja cambia los planes rotundamente en un equipo, sin embargo el Millonario no tuvo complicaciones.

Es verdad, Talleres hizo un partido desastroso cuando más necesitaba jugar el partido del año, pero todo fue mérito de los de Gallardo. Para empezar, en la primera parte, una jugada de pizarrón salió en un tiro libre, gracias a una avivada espectacular de Santiago Simón. Tras un centro del juvenil, Robert Rojas facturó el primero del partido.

En el complemento, River puso el freno de mano y bajó la intensidad para llegar óptimos al cierre del cotejo, donde además el DT metió un cambio táctico con el ingreso de Maidana para recuperar la ausencia de un defensor luego de la expulsión de Peña.

Pero, cuando quedaban veinte minutos para el cierre, apareció la jugada de todos los partidos en los pies de Julián Álvarez, quien tras conducir un contragolpe brillante, cedió la pelota para Braian Romero, y el delantero no perdonó en su vuelta luego del desgarro sufrido en el Superclásico. Trastabillando, el ex Defensa facturó y sentenció el 2 a 0 final en el marcador para la visita.

Sin dudas, los de Gallardo jugaron como tenían que jugar el partido más importante del año, que les sirvió para despegarse en la punta de la tabla y extender la diferencia ante el escolta del campeonato a siete puntos, haciendo que este partido tenga una mística como las noches épicas de Gallardo.Aires de campeón en Núñez, y en el plantel en Córdoba.