La tarde cordobesa ofreció un atractivo encuentro entre Talleres y Racing, quienes buscaron recuperarse en la Liga Profesional después de lo que fueron el empate frente a Platense y la caída contra San Lorenzo, respectivamente.
En el estadio Mario Alberto Kempes, los comandados por Fernando Gago se plantearon un solo objetivo y buscaron cumplirlo a rajatabla: no perderle pisada a Atlético Tucumán, que jugará el domingo ante Boca, y antes de que iniciara el encuentro lideraba el certamen con 8 unidades de ventaja.
Por su parte, los de Pedro Caixinha quisieron dejar atrás el pésimo momento futbolístico en el que están sumergidos, y el reclamo de los hinchas llegó en todo momento. Claro, la eliminación en la CONMEBOL Libertadores y la última colocación en la tabla anual, generan el malestar en la T.
A pesar del dominio constante de Racing, que en la primera etapa estuvo peleado con el arco defendido por Guido Herrera, pudo vencer a su principal problema: la falta de efectividad. Cuando el cronómetro había alcanzado los 36 minutos, Carlos Alcaraz conectó un maravilloso centro de Facundo Mura y, con unformidable testazo, sentenció el 1-0 para la Academia.
Ya en el complemento, Talleres buscó la igualdad y llegó a su tan ansiado objetivo: después de una buena jugada colectiva, Lucas Orban terminó enganchado y le cometió infracción dentro del área a Matías Godoy. El árbitro Fernando Echenique sancionó tiro desde el punto penal, y DiegoValoyes lo cambió por gol.
A partir de allí, el encuentro cayó en un pozo sin fondo y las situaciones de peligro desaparecieron por completo. Incluso, las estadísticas reflejaron que el elenco local tuvo un solo disparo al arco defendido por Gabriel Arias. Y justamente fue la del gol que decretó el empate por 1-1 en tierras cordobesas.
A partir de esta igualdad, Racing quedó a 7 unidades de Atlético Tucumán y ahora esperará que Boca le dé una mano. Aunque también será peligroso, porque los de Hugo Ibarra podrían superarlos por un punto.
En cuanto a Talleres, la situación futbolística sigue sin mejorar y los momentos de gloria, con Alexander Medina como entrenador, parecieran haber quedado en el olvido.