Ganar dos finales fortalece a Guillermo Barros Schelotto como entrenador. Por supuesto que estos dos títulos con Vélez Sarsfield no borran las dos finales perdidas como director técnico de Boca ante River en el 2018, pero qué mal le hubiera hecho a su CV perder otros dos partidos decisivos.
En ese contexto, el tipo arriesgó y le salió bien. Ahora, tras la victoria contra Central Córdoba de Santiago del Estero en el Gigante de Arroyito, ya suma dos estrellas con el equipo de Liniers, superpoblando esa vitrina en la que también existen trofeos conseguidos tanto con Lanús como con el propio Xeneize en el pasado.
La realidad marca un gran momento del Fortín, triunfador en dos finales, estando entre los ocho mejores de América y candidato de la serie frente a Racing de cuartos de final de la Copa Libertadores. A su vez, está peleando el Clausura con River en su zona, pero, sobre todas las cosas, exponiendo un funcionamiento que invita a soñar a sus hinchas, a creer en este equipo lleno de pibes del club más experimentados con paso en el Millonario como Emanuel Mammana, Elías Gómez, Rodrigo Aliendro, Manuel Lanzini y Braian Romero.
El doblete de Jano Gordon ilustra un partido que no era fácil de ganar ante el siempre duro Ferroviario de Omar De Felippe, que ya lo había vencido en una final. Sí, tampoco era fácil de vencer el Estudiantes de La Plata que dirige Eduardo Domínguez.
El contraste con Boca no podría ser mayor: mientras que Fabián Berlanga apostó por un proyecto con los Barros Schelotto, Juan Román Riquelme expuso a un amigo al que lamentablemente la salud no lo acompaña para tamaña responsabilidad. Así las cosas, Guillermo es feliz en las tierras de Carlos Bianchi mientras los hinchas de Boca continúan sufriendo los caprichos de su presidente.
