Existen jugadores que encuentran sus mejores rendimientos en contextos particulares: jugando en el estadio en el que su equipo hace de local, enfrentando a un rival concreto, jugando con ciertos compañeros en el campo de juego. En fin, las alternativas son infinitas, aunque muy pocos pueden evidenciar que despliegan -aún más- su talento en partidos definitorios. Y menos aún en finales con la Selección Argentina.
Ángel Di María pasó de ser el centro de ciertas críticas infundadas al ídolo de distintas generaciones argentinas. Aquel gol ante Nigeria en el encuentro decisivo de los Juegos Olímpicos no fue una excepción: Fideo demostró a lo largo de estos últimos años que encuentra una motivación extra en duelos vitales. Ese es el hábitat del actual jugador de la Juventus.
Si limitamos su performance únicamente a los partidos KOque jugó con la albiceleste, nos daremos cuenta que no son pocos los antecedentes. Por cierto, Di María jugó 26 partidos mano a mano con la camiseta de la Selección Argentina. ¿Cómo le fue?
Fueron 11 goles y 4 asistencias en esos 26 encuentros mencionados. Es decir, influyó directamente en 15 tantos, promediando una participación de 0.58 por partido. Sin embargo, su determinación se agiganta cuando nos centramos en los partidos más determinantes de todos.
Manteniendo su accionar con los colores argentinos, Fideojugó 6 finales y anotó nada menos que 4 goles. La particularidad es que todos sirvieron para ganar y, además, en competencias distintas: ante Nigeria en los Juegos Olímpicos, ante Brasil en la Copa América, ante Italia en la FInalissima y ante Francia durante el Mundial. Si jugás una final, no dudés a quién pegarle un llamado.