Dentro de la lista de convocados de Lionel Scaloni para la fecha FIFA de octubre apareció una de las grandes sorpresas: Lautaro Rivero. El zaguero de 21 años, que este año volvió a River tras un gran paso por Central Córdoba, fue citado por primera vez a la Selección Argentina. La noticia no solo coronó meses de crecimiento deportivo, sino también una historia de esfuerzo personal que no pasó inadvertida en las redes sociales.

Porque Rivero, nacido en Moreno y criado en una familia humilde con cinco hermanos, supo vender alfajores en la calle antes de debutar en Primera. Aquella imagen viral de un chico ofreciendo los productos en los semáforos volvió a hacerse viral tras conocerse la convocatoria. Y en medio de la ola de mensajes de felicitaciones para el defensor por recibir el llamado albiceleste, apareció un saludo inesperado, cargado de emoción y simbolismo.

Se trató del mensaje de Hugo Basilotta, vicepresidente de Alfajores Guaymallén, (artículo que Rivero vendía en la vía pública) quien no ocultó su alegría por el presente del joven defensor. A través de su cuenta de X, le dedicó unas palabras que rápidamente tomaron repercusión. “¡Vamos Lautarito querido, el caviar da suerte! Siempre agradecido”, escribió. Una referencia directa a los alfajores de la marca, que en su momento fueron parte de la vida de Rivero y que hoy volvieron a escena en forma de cábala.

El crecimiento exponencial de Lautaro Rivero

Al margen de cualquier anécdota, el reconocimiento no hace más que reflejar el esfuerzo que trae consigo la historia personal y deportiva de Rivero. Lo dejó en claro en 2022, cuando todavía faltaba un año para firmar su primer contrato profesional y declaró en el sitio web de River: “Quiero verla bien a mi mamá, a mi papá y a mis hermanos. Gracias a ellos estoy acá, luchando día a día. Tuve muchas cosas difíciles que superar y por ellos estoy a pleno”. Luego de tres años, las charlas con su familia no tendrán alfajores de por medio, sino que el recuerdo de compartir entrenamientos con Lionel Messi y los campeones del mundo.

En lo que va de su corta carrera, el camino profesional de Rivero inició en Central Córdoba, donde arribó desde Núñez en busca de rodaje. Allí disputó 30 partidos y marcó dos goles en apenas un año. Su rendimiento sólido lo convirtió en pilar de la defensa santiagueña y decidió que River lo repesque. En el Millonario se ganó la confianza del cuerpo técnico y el respaldo de la hinchada tras afianzarse cada vez más partido a partido. Una recompensa al sacrificio y la constancia