Marcelo Gallardo debió estar en Santa Fe dirigiendo a River el domingo. Siento que el Muñeco regaló una semana preciosa de trabajo antes del gran objetivo que es la serie con Talleres de octavos de final de la Copa Libertadores.

Al equipo del Pichi Escudero le faltó contra Unión garra, ambición, audacia y el DT tardó con los cambios para ganar y acomodarse en el campeonato.

La mitad del vaso lleno de la vuelta de Gallardo es que además de ser un gran entrenador, ya tiene dos muy buenos refuerzos: Germán Pezzella y Maxi Meza. Pero la mitad vacía es que hay muchos en el mundo River que creen que poniendo al Muñeco en el banco alcanza para ganar la Libertadores y no es así. Ya pasó en 2019 contra Flamengo en Lima y en 2022 que perdió todo lo que jugó.

Veo demasiadas energías puestas en el cotillón con la presentación en el sum, la bienvenida ne el Monumental y no tanto en trabajar y entrenar. Repito: Gallardo debió haber asumido la semana pasada. Debió haber estado en Santa Fe con el equipo, no comiendo asado con su familia.

Si vuelve el Gallardo humilde y profesional de 2014, tendrá éxito. Pero si regresa el que se fue, ese Napoleón empoderado después de Madrid, ojo que no se la pegue en la curva.

Porque con los discursos populistas a cancha llena hablan do del 9 del 12 y que cierren los ojos, no le va a alcanzar.