En Tucumán, Esequiel Barco se recibió de nene caprichoso. Armar este conventillo, dos jugadores profesionales, el papelón de estar cada uno con una pelota al lado del punto penal para patear es hacer el ridículo. Fue un papelón.
No voy a entrar en la fácil de pegarle a Martín Demichelis. Esto les ha pasado a los técnicos de mayor renombre del planeta, le pasó a Bielsa, en la Copa América de 1999 después del primer penal que erra Martín Palermo contra Colombia y él quería que patee Ayala; le pasó a Carlos Bianchi, en un Boca-Gimnasia que quería que patee el Flaco Schiavi, pero Guillermo la agarró y lo erró; le pasó a Marcelo Gallardo, cuando gritaba por Julián Álvarez y lo pateó Enzo Fernández. Le pasó a Fernando Gago y perdió la Liga Profesional 2022 cuando Enzo Copetti no quiso patear y perdió el campeonato.
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Lo peor para River es que esta actitud individualista y egocéntrica de Barco lo desestabiliza a Demichelis. Porque el fracaso de Demichelis en 2023 fue humano, fue no poder liderar el vestuario, pelearse con Enzo Pérez, el off con su amigo Ricky Dasso. Pero esto lo expone si él pide que patee 9 y el 9 no patea.
Algunas palabras para Barco de Alejandro Sabella: “Primero el nosotros, después el yo”. Qué decía Bianchi: “Primero el grupo, solo te va a salvar el grupo”.
A ver Barquito, si Miguel Borja mete dos goles por partido y River está en un buen momento, no la embarres papá, dejalo que patee. Además, te sacaron en el entretiempo…