A diez años del imborrable primer título de la selección chilena en la Copa América 2015, una de las historias más conmovedoras de aquella noche del 4 de julio, ocurrió en el césped del Estadio Nacional. Y es que mientras la Generación Dorada festejaba ante miles de hinchas la corona continental, Lionel Messi era protagonista de una de las imágenes más recordadas y que dieron la vuelta al mundo. 

La historia fue protagonizada por dos hermanos: Maximiliano (9 años) y Martín (6), dos niños que no dudaron un segundo en demostrar su calidad humana y empatía con el astro argentino, quien sentado en el suelo miraba desgarrado el festejo chileno. Los niños, que resultaron ser sobrinos de Charles Aránguiz, tuvieron su minuto de fama al ser fotografiados consolando al rosarino, en una imagen imposible de borrar.

La icónica foto, tomada por el periodista Fabián Marelli, mostró a los pequeños acariciando al capitán argentino. “Le dije que no se echara a morir, que ya le iba a tocar porque había ganado muchas cosas en el Barcelona”, fueron las palabras de uno de ellos. Messi entendió el mensaje y les devolvió un guiño cómplice, enmarcando una conexión imposible de volver a repetir. 

Hace unas semanas, los niños hoy adolescentes, dialogaron con el diario La Nación de Argentina donde recordaron aquel episodio épico. “Cuando entramos a la cancha, nuestro hermano nos dice, vamos a ver a Messi que estaba en el piso”, recordó Maximiliano, quien a la distancia le pide un deseo: “Le diría a Messi que no se retire, que juegue hasta los 60”.

Por su parte, Martín recordó que “nunca nos imaginamos que íbamos a tener a Messi de frente y que lo íbamos a tocar”. De lo que vino después, lo recuerdan con emoción: “Fuimos famosos durante dos semanas, todos los días los periodistas nos buscaban”, cerraron.