Después de una conferencia de prensa en la que animadores y ejecutivos plantearon una evaluación ultra positiva de lo que fue el Festival de Viña 2023, ahora se destapó que la realidad fue muy distinta y que incluso el certamen estuvo a punto de cancelarse a sólo días de concretarse.
¿Por qué Viña 2023 casi no se hizo?
En un artículo publicado por La Tercera, desclasificó que la polémica por la ausencia de la orquesta que se suscitó a fines de enero pasado casi tuvo consecuencias más trágicas de las que la opinión pública pudo prever.
La decisión de prescindir de los músicos en vivo se tomó originalmente en junio de 2021 para la versión 2022 del certamen que no se realizó. La directriz se mantuvo para este año, bajo el argumento de razones económicas, sobre todo cuando el festival contaba con un menor presupuesto que en años anteriores.
El asunto es que el contrato de licitación entre la Municipalidad de Viña del Mar y los canales deja establecido que debe haber una orquesta como parte del evento. Sin embargo, no esclarece si el trabajo de los músicos tiene que ser presencial o remoto. De ahí se colgaron los canales para mantener su decisión.
Así, se le ordenó al director de orquesta, Carlos Figueroa, que grabara las pistas para las 12 canciones de las competencias y luego sería el hombre a cargo de su reproducción en la Quinta Vergara. La tarea se puso en marcha.
Pero el 29 de enero, el productor general del Festival, Daniel Merino, aseguró que “la orquesta se va a quedar en Santiago y todo se va a llevar envasado al Festival. No vamos a llevar los 30 músicos, nos sumaría 30 personas más, pero todo se graba en un estudio con calidad profesional, con el mismo staff de los últimos años”.
“En ese sentido, le agradecemos al maestro Carlos Figueroa. Él va a estar en Viña, dirigiendo el sistema digital que se va a usar”, puntualizó.
La polémica fue instantánea con múltiples músicos condenando la medida, además de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD).
La furia fue absoluta y la presión para Figueroa aún mayor. Así esa misma semana, el 3 de febrero, a 16 días del inicio del Festival, el director de la orquesta decidió renunciar. Viendo la reacción adversa, el hombre no quería seguir con su trabajo, sobre todo porque fue uno de los primeros en intentar revertir la medida.
“Su paso al costado desencadenó un problema mayúsculo. Figueroa tenía la potestad sobre las pistas que ya se habían grabado para las competiciones, por lo que decidió llevárselas y así dejar al evento sin el soporte musical básico de uno de sus ejes centrales”, sostiene el artículo de Claudio Vergara.
¿Cómo se resolvió el problema?
Con el Festival desangrándose, el 6 de febrero se hizo una reunión con la presencia del director ejecutivo de Canal 13, Maximiliano Luksic, y su par en la red pública, Alfredo Ramírez y la conclusión era fatal: no se podrían hacer las competencias y sin las competencias, legalmente, por contrato, no se puede realizar el certamen.
De hecho, el no cumplir con la licitación, implicaría que la Municipalidad de Viña del Mar podría haber activado el cobro de una boleta de garantía por dos mil 500 millones de pesos, resguardo en caso de que no se cumpla alguna cláusula del acuerdo.
Encontrar un director de orquesta que se hiciera cargo a última hora era prácticamente imposible y realizar las competencias en un evento distinto en otro mes, también habría vulnerado las cláusulas del contrato.
Fue así que Canal 13 y TVN decidieron reponer la orquesta en vivo. No fue por la presión de los músicos o del público: fue para no faltar a la licitación, acción que traería graves problemas económicos y legales a los organizadores.
“Se puso en riesgo el Festival y el trabajo de casi cuatro mil personas que hacen su labor sólo en la Quinta Vergara. El tema con Figueroa fue grave”, dijo una fuente citada por La Tercera.