En The Flash, Barry Allen utiliza sus superpoderes para viajar en el tiempo y cambiar los acontecimientos del pasado, intentando salvar a su familia. Pero sin saberlo altera el futuro y queda atrapado en una realidad en la que el general Zod ha regresado y amenaza con la aniquilación, pero en la que no hay Superhéroes a los que recurrir. A menos que Barry pueda persuadir a un Batman muy diferente para que salga de su retiro y rescate a un kryptoniano encarcelado… aunque no sea el que está buscando.

No todo estaba perdido. DC ha tenido tormentosos pasares por la gran pantalla últimamente. Las fallas estaban en su falta de tejidos conectivos entre una y otra historia. Egos demasiado grandes que complacer. Y guiones que no terminan de convencer. Altibajos, es la mejor descripción. Qué se puede hacer.

El Snyder Cut de Justice League fue épico. Wonder Woman 1984 se convirtió en un gran desconcierto, y ni siquiera se pudo ver en cines. The Suicide Squad brilló por el espíritu revitalizador que le imprimió James Gunn, tal como lo hizo recientemente con Guardianes de La Galaxia Vol 3 en la vereda del frente. Mientras que Black Adam y Shazam! Fury of the Gods eran entretenidas, pero no terminaban de convencer. Si hasta League Of Super-Pets tenía más personalidad que esas últimas dos, sobre todo con ese final impredecible.

Cómo es la película The Flash, de DC Comics

No es que The Flash recomponga todo el panorama, pero algo de belleza nerd le imprime. La película da una sensación distinta, como fresca. Coquetea con el humor, pero no lo abraza completamente para no ser una comedia ridícula tipo Marvel. Busca tener esa cuota de oscuridad suficiente, como para seguir manteniendo el perfil DC.

Sí, claro: es la puerta de entrada a una nueva etapa para las adaptaciones de DC en el cine. Amarra ciertas cosas, tergiversa otras. Pero no más allá del descalabro que ya había en el corral de Warner Bros.

Se mete con eventos previos, así como tiende a deformarlos al punto de encontrarse en una encrucijada a la que también acudió el icónico cómic Flashpoint: ¿Es posible cambiar los episodios trágicos del pasado para corregir el futuro? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Cuáles son las posibilidades?

La película establece sus propias reglas para el juego con el tiempo, los saltos en las distintas líneas y sus respectivas aberraciones. Todo lo explicado con una fórmula muy ilustrativa y ciertamente efectiva. Además de visuales que no confunden al espectador, quien perfectamente puede entender lo que está ocurriendo. Es imposible perderse, y eso es bueno por los múltiples giros que tiene.

Lo más importante es que: lo que The Flash te quiere contar, funciona. Porque los personajes realmente hacen que su cruzada importe. Las actuaciones son claves para eso. Más allá de todas las polémicas que ha protagonizado, Ezra Miller carga con mayor el potencial de la entrega, gracias a dos versiones de un mismo personaje, sosteniéndola sin problemas. El Batman de Michael Keaton cobra nueva vida, florece en aspectos sensibles nunca antes vistos, aunque lúcido como siempre.

Hay procesos de madurez en el camino para Barry, se abren nuevas perspectivas para Bruce. No hay un solo villano como tal. Y estos ingredientes van haciendo que el combinado se sienta como algo atractivo.

El todo es muy bueno, pero no está exento de falencias. Hay unos pasajes de CGI que llegan a ser dolorosos de lo imperfectos. Lo curioso es que el efecto digital obscenamente poco pulido esté ahí como contrapunto de otras alucinantes secuencias en que las visuales realmente son un dulce para los ojos. Eso hace dudar: ¿Acaso es una decisión creativa? ¿Una mala broma? ¿El perverso sentido del humor de Andy Muschietti en torno a las consecuencias de la Fuerza de la Velocidad en los cuerpos?

Más allá de sus falencias y que tiene un desenlace que, a pesar de lo coherente, es un poco desordenado, The Flash te deja una satisfactoria sensación: ¡ésta es una gran película de superhéroes! O, al menos, ésta es la mezcolanza entre historia original y fan services sobre la que debe operar el género. Que la trama funcione en equilibrio con sus guiños a las obras originales para excitar a los fans, y que no sean meros easter eggs gratuitos. Es un buen momento para ser amante del universo DC.