Sin lugar a dudas el fichaje de Matías Zaldivia ha sido el más polémico de este mercado de pases en el fútbol chileno. La llegada del defensa desde Colo Colo a Universidad de Chile dejó molesto a los hinchas albos y a una gran parte de la fanaticada azul que se resiste ver a un ex archirrival en sus filas.

Lo cierto es que tuvieron que pasar varias cosas para que el argentino nacionalizado chileno recalara en el Centro Deportivo Azul, puesto que no era la carta número uno de la regencia universitaria.

Apenas finalizó el campeonato y más allá de la contratación del entrenador, en la gerencia deportiva de la U estaba la firme decisión de traer un defensa de peso para acompañar a Nery Domínguez y Luis Casanova, jugadores que necesitan relevo en caso de lesiones o suspensiones.

Así que en Azul Azul decidieron recuperar a un formado en casa: Rodrigo Echeverría. El polifuncional jugador de Everton terminaba contrato con los viñamarinos así que todo cuadraba, eso sí, no contaban con que los azul y oro casi doblaran la oferta económica de los azules, ahí quedó truncado el deseo de que el Eche volviera a La Cisterna.

La renovación de Echeverría en Everton propició la llegada de Matías Zaldivia a Universidad de Chile (Agencia Uno)

Fracasada la primera idea, fueron a golpear la puerta de Audax Italiano para preguntar precio por el defensa Fabián Torres, el que curiosamente también hizo inferiores en la U. La respuesta itálica (500.000 dólares) espantó otra vez las intenciones universitarias.

 

Justo en ese momento apareció la posibilidad de contar con Matías Zaldivia, defensa que no fue renovado por Colo Colo y estaba con el pase en su poder. Arriesgada apuesta que los azules decidieron tomar, pero que estaba lejos de ser la primera opción, más bien, la tercera.