Por Cristián Cavieres, “Cavigol”
Lo dije al terminar la transmisión de La Magia Azul, ‘perdón, por el desastre que les llevamos a los hinchas a sus oídos’ y es que eso fue. Nunca, en mis casi 20 años en medios y 10 relatando a la U, sentí una humillación así. Un equipo que aprovechó las horrendas desinteligencias que otorgó el bloque posterior de Universidad de Chile y lo más triste, las nulas respuestas de parte de los estudiantiles.
Responsables hay muchos y nadie se libra. Primero, el técnico Mauricio Pellegrino, quien de manera muy tozuda no realizó cambios en el entretiempo cuando el partido lo pedía. Pero lo que es peor, jugadores que ya no dieron el ancho en la U y pareciera que tienen carta vitalicia para jugar siempre. De acuerdo estoy con Cristián Caamaño, quien en este sitio, señaló que ‘pareciera que las culpas siempre las paga Lucas Assadi‘, donde estos cabros no pueden ni mover un pelo de las pestañas mal, porque de inmediato viene el castigo mayor que es borrarlos de la titularidad.
Yo le pregunto al entrenador, bajo esa lógica, ¿Por qué siempre juega Israel Poblete? ¿Por qué siempre juega Emmanuel Ojeda? ¿Por qué siempre juega Nicolás Guerra? y podría seguir con la interrogante. Sí, es cierto, no es como el año de su irrupción, pero no puede ser la confusión que le tiene a Darío Osorio en su cabeza sobre su real posición en la cancha, por ejemplo.
Por otra parte, no son los culpables y sería triste que asumieran responsabilidades que no deben tomar, pero hace rato que Jeison Fuentealba le viene pidiendo cancha al técnico y este solo lo incluye en el minuto 85′ demostrándole que es el único que va para adelante, con habilidad, velocidad y nada de ponerse a dar vueltas a tontas y a locas, como muchos de sus protegidos e intocables.
Mauricio Pellegrino, dirigiste en Europa y estás jugando con tu curriculum. No creo en tus malas intenciones, de verdad siento que eres capaz, pero no te dieron las herramientas. En base a lo que tienes, te invito a no ser tan apegado a tu libro y da la oportunidad a otros elementos, si no resultan, bueno quedará esa sensación que buscaste soluciones y reafirmará la tesis que te armaron un plantel modesto con el cual poco y nada se podía hacer.
No dejo pasar el tema dirigencial. que vaya que son los grandes responsables y los causantes de todas las desgracias y burlas que viven los hinchas con los resultados de los últimos años, ¿Qué se quiere con la U? porque no es tema de plata, no. Dinero hay, se pudo reforzar al plantel, no se quiso.
Pero más me duele, que hayan abandonado el estadio, que estaba vacío. Solo prensa y funcionarios del club, ¿Se imaginan el líder de los 33 mineros los hubiese dejado solos mientras se producía el derrumbe? No, se quedó con ellos y fue el último en salir, sin saber qué pasaría en esa ruta cuando uno por uno de sus compañeros era rescatado. Eso debieron hacer ustedes, quedarse, apoyar, que el cuerpo técnico y jugadores los vieran en el camarín y no dejando al entrenador y a su gerente deportivo a la deriva, tratando de explicar lo inexplicable. Mal.
Y no me olvido de ustedes, jugadores. Antes llegar a la U era un privilegio y vestir la camiseta de la U no era una oportunidad, si no una bendición y no lo han hecho. Algunos sí se pueden rescatar, pero en general ya basta de jugadores sin pasión que la azul les pesa 15 mil toneladas, ¿Saben cuántos niños y jóvenes quisiera jugar en el club? Muchos y ustedes que están, no la dignifican.
Antes, estar en la U era señal de respeto, un don, ahora, ni siquiera un gusto, casi como obligados y eso se traspasa. Un poquito de amor propio, por lo menos, aunque sea escaso, pero que se note alguna intención de querer a la U. Hoy día, muy pocos están a esa altura.
Sin embargo, uno podría hablar de cada uno de ellos, pero para evitar ser latero, personifico las críticas en el capitán, ¿Dónde estuvo Luis Casanova ayer? Sí, eres querido por los hinchas, respetado y muchos quisieran que te quedases entre los cuales me incluyo, pero te digo, llevar la jineta es algo más que ir al sorteo, o salir primero desde el camarín a la cancha o ir a la conferencia de prensa previa a un clásico. Anoche, esperé tus palabras, Luis, y saliste callado. El capitán de la U debe tener personalidad y enfrentar el momento adverso, eso, es de un cabecilla.
Cinco goles de un O’Higgins que ganó sin creerlo, yo siento que ellos miraban para todos lados como tratando de encontrar la explicación a lo que estaban viviendo, el regalito que les estaba llegando en la Plaza Chacabuco y vaya cómo lo atesoran.
Hace exactamente un mes le ganábamos a Huachipato y quedábamos de punteros. Sí, me ilusioné y fui de los que compartía memes en redes sociales creyendo que por fín volveríamos al sitial que queríamos, pero jamás pensé en esta tremenda y dolorosa caída, en la cual fuimos humillados, perdón “U”millados. Volvimos a la realidad, la triste realidad en la cual ya nos tienen acostumbrados.