El partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana no quedó marcado por el resultado en la cancha, sino por los graves incidentes que se registraron en Avellaneda.
Tanto hinchas locales como visitantes se vieron envueltos en situaciones de violencia, mientras los equipos de seguridad parecían sobrepasados ante la magnitud de los hechos.
Fuentes presentes en el estadio relataron escenas de mucho caos: seguidores locales ingresando a sectores destinados a los visitantes, lanzamiento de objetos y personas intentando abandonar el estadio mientras eran agredidas por barristas.
La controversia se amplió cuando surgieron cuestionamientos sobre la actuación de la policía y la organización del evento.
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En este contexto, Juan Manuel Lugones, ex titular de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (APreViDe), reveló que la policía de Buenos Aires habría tenido un acuerdo con barristas del Rojo para emboscar a los fanáticos del Romántico Viajero.
“(Los policías) demostraron que tienen un acuerdo con la barra para liberar la zona y que la barra haga de barreminas. No es cierto que la policía no puede entrar a una tribuna. Eso es una decisión. Según las reglas de Conmebol, el responsable de seguridad es Independiente”, aseguró Lugones.
Agregó además: “Vimos a un sector de la barra de Independiente ingresar ayer a pegarle a un sector de la gente de U de Chile con la autorización de la Policía de la provincia de Buenos Aires, que libera la zona para que entren”.
Y concluyó con una frase que refleja cómo operan estas situaciones en Avellaneda: “En Avellaneda no se vende una bondiola sin que una parte vaya a la unidad policial”.