Universidad de Chile quedó como solitario puntero del torneo
nacional
luego de vencer por la cuenta mínima a Unión Española en el
Estadio Santa Laura.

Una gracia que los azules no lograban desde la penúltima fecha del
Torneo de Clausura 2017 cuando le quitaron el liderato a Colo Colo justo a
tiempo para coronarse campeones.

Esta campaña de Gustavo Álvarez en la banca de la “U” tiene cinco
claves y las pasamos a revisar a continuación.

Primero: Los laterales. Los universitarios hace años que no tenían
jugadores que se destacaran en esa posición. Quizás sí defendiendo, pero
atacando poco y nada. Fabián Hormazábal tuvo un comienzo dubitativo,
pero ante Colo Colo en Macul mostró lo que podía dar. Y lo bueno para él
es que ese no fue su techo. Ha llegado a jugar mejor y la victoria ante los
hispanos fue gracias a una avivada de él. Qué decir del golazo ante
Cobresal.

En el caso de Marcelo Morales este 2024 es una completa evolución
con respecto al 2023. Por algo se interesaron por él en Portugal. Su
partido ante Cobreloa en Calama fue su peak de rendimiento desde que
debutó en el primer equipo. Gol y asistencia. Un tipo que tras ser
apartado de la selección que disputó el preolímpico no se vino al suelo, al
contrario, pareciera que ese hecho le avivó el amor propio.

Marcelo Morales, uno de los puntos altos de la U de Álvarez

Para el entrenador azul los laterales son fundamentales. Qué duda
cabe. Basta recordar su paso por Huachipato donde Felipe Loyola terminó
en la selección adulta y jugando clasificatorias. Toda del DT.

Segundo: El arquero. Si un técnico sale campeón, llega a un nuevo
equipo y se trae con él al portero con que levantó la copa, es lógico
pensar que ese jugador será titular. Álvarez siempre lo tuvo claro, pero en
la pretemporada rotó a Gabriel Castellón con Cristopher Toselli, lo que
abrió el debate. Comenzó el campeonato, vimos en el arco el ex jugador
de Huachipato y ha rendido de buena forma.

Lleva tres atajadas claves. Una ante Colo Colo que pudo ser el
empate. Otra ante los loínos que también pudo ser la paridad, en un
encuentro que dominaban, pero que no lo reflejaban en el marcador. Y
una ante Unión Española, donde mostró gran reacción para evitar un
autogol de Matías Zaldivia. De a poco se ha ido mostrando como un
arquero gana partidos.

Tercero: El caudillo. Todo equipo necesita un líder, que
generalmente es el más experimentado de todos y que en ocasiones es el
capitán. En este caso Marcelo Díaz cumple con las dos premisas. Si vemos
lo futbolístico es la “aduana” de la oncena. Las pelotas pasan por él desde
defensa a ataque.

Y se nota que el Gustavo Álvarez respeta eso y entiende lo que significa la
presencia del volante en cancha. Porque en los segundos tiempos, cuando
el partido está en su desenlace, lógicamente el futbolista de 37 años corre
menos y se nota agobiado, pero sigue jugando, y si sale reemplazado, es
cuando quedan pocos minutos. Eso obliga a sus compañeros a correr más,
a rodearlo mejor.

La U ganó en el estadio Monumental después de 23 años.

Cuarto: El fin de la racha negativa. En realidad son dos rachas, sin
embargo, hay una que resalta: ganar en el Estadio Monumental tras 23
años. El equipo se sacó “una mochila” de encima y como premio vino un
envión anímico, porque si fueron capaces de ganar el partido que más les
costó por más de dos décadas, por qué no iban a ganar otros. Fue un
desahogo. Sobre todo para Díaz, que siendo parte de un plantel exitoso
(2011-12) no había podido celebrar en Macul.

La otra racha es volver a ser punteros después de siete años como
mencioné al inicio de la nota. También es un envión, más sabiendo que esa
vez la “U” fue campeón. De a poco el equipo se está demostrando a sí
mismo de qué es capaz.

Quinto: Las palabras del DT. Cuando el periodismo le pregunta a
Álvarez buscando el titular que dé clicks, él sale jugando. En la previa a
jugar ante el cacique dijo que daba gracias a Dios por tener la
oportunidad de romper la racha. No dijo que no se podía hacer cargo de
los años anteriores, cosa que dijeron muchos entrenadores.

Post victoria ante Unión Española le preguntaron por Ignacio Tapia y
dijo que tuvo problemas personales que le afectaron. Ante ello optó por
un compañero que se vio mejor.

El tipo no se aproblema, responde todo y sin polémica. Protege a sus
dirigidos para que no les afecte nada externo y así puedan preocuparse
mejor de lo que les corresponde: rendir en cancha.

Si se fijan las cinco claves tienen un denominador común: el
entrenador. El plan de Gustavo Álvarez, hasta ahora, está resultando.