Si el Mundo Boca ya de por sí es pura vorágine, como lo estamos viviendo estos días donde desde los resultados tampoco hay tal catástrofe, el 2018 fue un año donde sumados a los mano a manos perdidos contra River toda la temporada estuvo marcada por rendimiento irregulares como de sorpresas desde el armado del equipo.

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No hay dudas que una de esas sorpresas en el armado del equipo fue la llegada de Carlos Lampe. No por sus cualidades, sino por la forma en cómo llegó: el arquero de la Seleccion Bolivia arribó desde Huachipato a préstamo por apenas tres meses con opción de compra por la lesión de Esteban Andrada, quien no pudo jugar las semifinales de la Copa Libertadores 2018 por lesión y recién estuvo apto para la vuelta de la final.

Foto: @BocaJrsOficial/Twitter

Foto: @BocaJrsOficial/Twitter

En los últimos días, el hoy arquero de Always Ready habló con La Tercera de Chile y recordó su paso por el Xeneize, donde fue suplente y no pudo jugar ni siquiera un minuto. Igualmente, para él fue una experiencia muy especial en su carrera como profesional: "Fue único. Ellos viven el fútbol de otra manera, los hinchas son muy pasionales".

Además, agregó respecto al nivel que hay que tener tanto emocional como de rendimiento para jugar en un equipo así: "La presión es hermosa, algo que a mí me gusta mucho. Se vive de otra manera. En esos clubes, cuando te va bien todo es de maravillas, de lo contrario pasas momentos muy complicados".

Finalmente, no pudo ser parte del equipo campeón de aquella final en Madrid y se marchó por la puerta de atrás cuando terminó su préstamo para regresar a Huachipato. No obstante, fue el tercer representante de Bolivia en Boca y eso no se lo puede quitar a nadie. A sus 34 años, buscará en los próximos meses jugar una nueva Copa América con su conjunto nacional.