Lo que era un no rotundo y contundente podría tener una revisión. Hace tiempo que la posición de World Athletics (WA) sobre las atletas transgénero es inflexible y varias deportistas, como Caster Semenya, Francine Niyonsaba o Christine Mboma, se negaron a someterse a un tratamiento para reducir la testosterona en sangre para poder ser parte de las competencias.
En marzo de 2022, Sebastian Coe, presidente de WA, fue tajante al decir que “el género no puede triunfar sobre la biología. La integridad y el futuro del deporte femenino, si no lo hacemos bien, es muy frágil”.
Sin embargo, ahora, Coe, se plantea dar un giro que podría reconfigurar los actuales estamentos reglamentarios. En ese sentido, la idea sería cambiar las normas para hacer más accesible la categoría femenina a todas aquellas atletas que nacieron hombres, de tal manera que tengan que someterse a un tratamiento para reducir el nivel de testosterona por debajo de 2,5 nanomoles por litro durante dos años.
En la actualidad, las atletas con Desarrollo Sexual Diferente (DSD) o hiperandrogenismo, esto es, aquellas que nacieron mujeres pero producen de forma natural una mayor cantidad de testosterona, como Semenya, Niyonsaba o Mboma, no pueden competir en pruebas entre los 400 metros y la milla si no mantienen durante un año los niveles de testosterona por debajo de 5 nanomoles por litro.
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Documento para el cambio:
WA maneja un documento científico para pensar en este cambio que implicaría un giro positivo que busca adaptarse a una nueva era en cuanto a cuestión de género. Este trabajo admite que las mujeres transgénero que pasaron su adolescencia como hombres o aquellas que tienen hiperandrogenismo, sin dudas, “mantienen una ventaja en la masa muscular, el volumen y la fuerza sobre las mujeres cisgénero después de 12 meses de tratamiento hormonal” y que es posible que esas ventajas continúen mucho tiempo después.
“La pubertad causa diferencias sexuales en altura, peso, envergadura, arquitectura pélvica y de miembros inferiores. Estas diferencias anatómicas brindan una ventaja atlética más allá de la adolescencia para ciertas pruebas deportivas y no responderán solo a la supresión de los niveles de testosterona en sangre en mujeres trans postpuberales”, detalla el documento que está en proceso evaluativo para WA.
La decisión está en manos de WA. Para el Comité Olímpico Internacional (COI) cada federación internacional debe establecer sus propias reglas sobre atletas transgénero. Por caso, la natación y el rugby prohíben a atletas que pasaron su adolescencia como hombre competir más tarde como mujeres. O el caso de la neozelandesa Laurel Hubbard que, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se convirtió en la primera atleta trans en participar en categoría femenina en la competición de halterofilia.