Una de las grandes rivalidades que ha dejado la historia de la Fórmula 1 en el pasado, la cual muchos quisieran ver en la actualidad en el Gran Circo: Niki Lauda vs James Hunt. Bajo la dirección de la FIA, la temporada 1976 de Fórmula 1 iniciaba como cualquier otra, con muchas ganas de deslumbrar a los fanáticos y brindar un gran espectáculo.

Niki Lauda dominaba el campeonato con el pasar de las carreras, donde parecía que el piloto austriaco se quedaría con el título mundial al final de la disputa, sin embargo, tanto en la vida como en la F1 no se debe cantar victoria antes de tiempo.

Llegó el Gran Premio de Alemania. El circuito de Nürburgring recibió al Gran Circo el 1 de agosto. Las condiciones no eran las mejores para correr y Niki Lauda lo sabía, por ello, sugirió no disputar la carrera en la habitual reunión de pilotos con la FIA, pero su moción no fue aceptada y la bandera verde se bajó.

La corazonada de Lauda no le falló, pues sufrió un espeluznante accidente a bordo de su Ferrari, el cual ante el inminente golpe se prendió en fuego y ardió durante casi un minuto. El austriaco sufrió quemaduras en sus pulmones tras inhalar el aire contaminado por las llamas, su rostro también quedó marcado severamente.

Entre la F1 y la muerte

Mientras Niki Lauda luchaba por su vida en el hospital, James Hunt aprovechó para recortar toda la diferencia posible e intentar quedarse con el título. Niki Lauda y James Hunt se reencontraron en pista.

El austriaco decidió volver en el Gran Premio de Italia, aún con dolor. Colocarse el casco fue un proceso doloroso debido a las quemaduras sin sanar ubicadas en la parte derecha.

Toda la garra de Lauda salió a flote y llegó en cuarta posición siendo ovacionado por todos los presentes. La emoción del campeonato llegó hasta la última carrera, el Gran Premio de Japón definió la lucha entre Niki Lauda y James Hunt.

El clima propició una fuerte lluvia que nublaba la visibilidad de los pilotos, de igual manera la carrera se disputó. Niki Lauda sintió que no debía continuar, quizá, debido al trauma sufrido recientemente, pero lo cierto es que luego de iniciar la carrera y disputar varias vueltas decidió entrar al callejón de pits y detener su auto.

James Hunt siguió a por todas, la bola ubicada en su palanca de cambios se había roto restando varias vueltas para el final, aun así siguió, su mano se cortó pero valió la pena, pues cruzó la meta en tercera posición y se proclamó campeón del mundo por un punto de diferencia. Toda esta emoción generaron Niki Lauda y James Hunt, quienes quedarán enmarcados en la historia de la categoría por siempre.