Ya en la previa, la expectativa era mucha. El domingo de fútbol nos prometía un partido de alta tensión en Old Trafford en el cruce que iban a protagonizar Manchester United y Tottenham por la cuarta jornada de la Premier League de Inglaterra.

Y de entrada, no decepcionaron: en 7 minutos el partido ya estaba 2-1 a favor de los visitantes, que dieron vuelta el resultado tras arrancar perdiendo. Fue 30 segundos lo que tardó Davinson Sanchez en derribar a Martial dentro del área para que el árbitro no tenga más opción que cobrar penal.

Los de Mourinho, lejos de sentir el golpe, consiguieron el empate gracias a Ndombelé y luego un pase cinco estrellas de Harry Kane para dejar solo a Son, que definió como los dioses, inclinó la balanza para el otro lado, una tendencia que sería irreversible.

 

 

Todavía en el primer tiempo, Erik Lamela provocó al rival a quien le habían hecho el penal, pero el árbitro sólo vio la respuesta de Anthony y le sacó la roja. Desde allí, fue todo de los visitantes, que nunca dejaron de apretar el acelerador.

Los primeros 45 minutos terminaron 4-1, con otro gol para el coreano y el primero de Kane en el compromiso. Ya en el complemento, el delantero inglés sumó otro de penal, siendo Aurier el encargado de sentenciar el 6-1 final. 


 

De esta manera, los Spurs suman 7 unidades de 12 posibles, mientras que Ole Gunnar Solskjær logró ganar un duelo de los tres que jugó y su continuidad está en duda.