Si hay alguien efusivo, transparente y temperamental ese es Diego Simeone. Conocido en todo el mundo por su intensidad dentro y fuera de la cancha.
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Este martes, su Atlético Madrid tuvo un comienzo de partido perfecto por la ida de los octavos de final de la Champions League.
Saúl encontró un rebote después de un saque de esquina, le pegó de primera al balón y abrió el marcador para que delire el Wanda Metropolitano.
Todo aquel fanático del Atlético Madrid festejó como loco el gol. Todos menos Simeone, quien fue el más mesurado del estadio.
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¡Hasta le pidió que se calmen a los hinchas! Además, rápidamente miró a sus jugadores y con las manos les dijo "tranquilos, tranquilos".
Sí, ni festejar se permite el Cholo.
