El tenis de mesa en los Juegos Olímpicos muestra una supremacía abrumadora de los competidores chinos. Y en París 2024, el sueco Truls Moregard hizo historia al convertirse en el primer finalista no nacido en ese país en 20 años.

Con apenas 22 años, Moregard terminó cayendo ante Zhengdong Fan por 4 a 1 en la definición, pero se anotó un lugar en la historia grande del tenis de mesa, no solo por la medalla de plata obtenida, sino también porque se despachó en ese partido un golpe que dejó a todos con la boca abierta.

Al borde de perder, el joven recibió una pelota casi en el piso y, con total tranquilidad, levantó un globo muy lento que picó del lado de su rival y luego tomó un efecto inverso que volvió la pelota hacia su lado, haciéndose indefendible para el chino Fan.

Lo incrédulo del chino y las risas del sueco le pusieron el moño a lo que seguramente será una de las mejores jugadas de la historia del ping pong olímpico.

Cabe recordar que el joven Moregard ya había hecho historia, ya que en sus primeros Juegos Olímpicos, por ejemplo, había eliminado en cuartos de final a Wang Chuqin, el chino actual N°1 del planeta.

“Todavía estoy en shock. Nunca pensé que podría estar aquí con una medalla en este punto de mi carrera, tan temprano, en mis primeros Juegos Olímpicos”, dijo un emocionado Moregard tras caer en la final.

Moregard, el nombre que revoluciona el ping pong moderno (IMAGO)

Moregard, el nombre que revoluciona el ping pong moderno (IMAGO)

Pero además de por sus dotes deportivos, Moregard ya venía llamando mucho la atención por el tipo de paleta que usa, ya que es un modelo fuera de lo común, con una forma hexagonal que, según los especialistas, le da mucha más precisión a sus tiros. Y vaya si quedó demostrado.