El Campeonato Mundial de Fórmula 1 tiene al último campeón, Max Verstappen, como al gran líder del nuevo certamen. El holandés mejoró en las últimas carreras y acabó por quitarle el liderato a Charles Leclerc, de Ferrari, que tuvo un gran inicio. Por su parte, Checo Pérez se encuentra en tercer lugar tras sus últimos buenos rendimientos, y hasta se anima con pelear por el título.
En el otro lado de la tabla, el que no está teniendo un buen año es Mick Schumacher, uno de los dos que aún no sumó ninguna unidad, junto a Nicholas Latifi, de Williams. El alemán, hijo de una leyenda como Michael Schumacher, protagonizó varios accidentes que no pasaron desapercibidos, por lo que en su escudería, Haas, comienzan a enviarle claras advertencias.
Günther Steiner, jefe del equipo, explicó en los últimos días lo importante que es mejorar en el corto plazo: “No es posible seguir asi -aseguró-. Él también lo sabe. Si se estrella contra un muro, tampoco es saludable”. De todas formas, el líder de Haas aclaró que intentarán ya no decirle a Schumacher que evite los accidentes: “Eso sólo lo empeora. Eso solo crea una actitud defensiva”, analizó.
Además, Steiner dejó en claro que los accidentes le cuestan muy caros a Haas en cuanto a reparaciones; incluso, las piezas nuevas tras los accidentes hicieron que Haas sobrepasara su límite de presupuesto previsto para este momento de la temporada. No sólo eso: a veces no logran tener los repuestos a tiempos y se pone en peligro las operaciones en la previa a cada carrera.
Schumacher se muestra paciente
Pese a los malos resultados y a los accidentes que protagonizó, el piloto alemán de 23 años cree que la presión puede empujarlo a mejorar: “Quizás a veces ayuda a ser más rápido. Me motiva y le da una dinámica diferente”, explicó. El coche de Mick Schumacher quedó destruido semanas atrás en Montecarlo, al igual que había sucedido en Arabia Saudita.